Más que nada por fallar, más que por vagar. Aunque parece que la maldición persiguiera a
Fernando Alonso desde que el piloto asturiano decidiera abandonar Renault tras conseguir dos mundiales. Su paso por McLaren, su regreso a Renault y su temporada en Ferrari han supuesto para él cuatro años de decepciones, frustraciones y graves catástrofes. La última, como refleja la imagen del día, una decepción no esperada, que fue la del GP de Abu Dabi, donde marchaba como favorito y defendía una tercera plaza cómoda, que le daba el título. Pero la estrategia de equipo falló y su paso por boxes resultó, a la postre, demoledora para sus aspiraciones y genial para los Red Bull, con
Vettel como campeón final. Ferrari fue, una vez más, un 'Cavallino Errante', que no rampante...
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