En esta coyuntura, se ha abierto un compás de espera ante lo que pueda decir ETA en su próximo comunicado, que podría conocerse antes de fin de año incluso el próximo mes. La petición que ha recibido es clara: abrir un alto el fuego unilateral, permanente y verificable.
Así lo exigen las personalidades internacionales firmantes de la Declaración de Bruselas y el mediador surafricano
Brian Currin para dar nuevos pasos. Según fuentes del entorno de Currin consultadas por el diario
Público, ETA está "más dispuesta que hace unos meses a aceptar la estrategia y el mandato de la izquierda abertzale". Los mediadores constatan que hay avances con ETA pero no definitivos.
La izquierda
abertzale trabaja ya en la elaboración de los nuevos estatutos de una formación, cuya legalidad considera primordial, no sólo para participar en las elecciones municipales y forales del próximo año, sino también para afrontar con garantías un proceso para el final de la violencia.
Según un interlocutor de la izquierda
abertzale los estatutos del nuevo partido recogerán su compromiso con las vías exclusivamente políticas y democráticas, así como un rechazo al uso de la violencia para el logro de los objetivos políticos.
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