No anda, cuentan, muy satisfecho el ministro de Trabajo ‘en funciones’,
Celestino Corbacho, con la despedida que le ha brindado el presidente
Zapatero. Sus últimas declaraciones sobre la situación en la que se encuentra el departamento que Corbacho ha dirigido durante estos dos complicados años, azotado por un galopante paro, no dejan lo que se dicen en buen lugar al catalán que pidió el relevo para quitarse de en medio y volver a hacer política en su tierra, de donde ahora cree que no debería haber salido nunca.
En una reciente entrevista de televisión, el presidente llegó a decir que "los desempleados no tienen la atención suficiente" y que "se puede hacer mucho más por cada uno de ellos", así como que los Servicios Públicos de Empleo (SPE) son mejorables por lo que anunció un "cambio profundo" en el Ministerio de Trabajo, un reto que deberá acometer la persona que sustituya al ministro.
Que a alturas el presidente diga que el antiguo INEM no ha funciona bien es, para los que trabajan en este departamento, algo “muy injusto” teniendo en cuenta la avalancha de parados que deben atender ahora, más de doble que hace dos años. El propio Corbacho, sin entrar a replicar a Zapatero, ha salido a defender a los funcionarios asegurando que para que mejore el sistema “es imprescindible incrementar los recursos”, tanto humanos como económicos, algo que en estos tiempos de crisis va a ser difícil, por no decir imposible. De modo que crudo lo tiene su sucesor/a.
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