Duro golpe a la democracia
miércoles 06 de octubre de 2010, 20:46h
El jueves 30 de septiembre del 2010 será recordado como un duro golpe a la DEMOCRACIA para el país y la ciudadanía entera. El revolucionario hecho ocurrido en Quito en el Regimiento No. 1 de la Policía Nacional, ha dejado evidente de lo que puede ser capaz un organismo de control.
Luego del intento de asesinato al Jefe de Estado, la población sin resguardo policial, el secuestro del Presidente en el Hospital de la Policía y lo peor de todo, la balacera producida entre militares y policías en las afueras de la mencionada casa de salud. A todo esto, ¿se sacó algo productivo? La respuesta es NO. De productivo nada. De reprochable y cuestionable mucho. Critico la conducta del Primer Mandatario, al tener conocimiento de las consecuencias que produjo su presencia en el Regimiento No. 1, al desafiar a los enardecidos policías a que lo maten en vez de buscar un diálogo acorde o explicarles a manera de lección de escuela a los gendarmes, lo beneficioso de la Ley; al ordenar un Estado de Excepción, coartando las libertades de información; Reconozco su intento de dialogar y tratar de solucionar el problema pero no en el Regimiento, donde las “papas queman”; por su solidaridad y tristeza ante los fallecidos y heridos en la balacera; y sobretodo de seguir convincente a su decisión de no dar un paso atrás para reformar la ley de Servicios Públicos.
Critico la conducta de los policías por haber golpeado y agredido a ciudadanos y periodistas que solamente trabajaban para mantener informada a la ciudadanía; del atropello a la integridad del Primer Mandatario; de no buscar una manera coherente y pensante de dialogar para aclarar o solucionar los problemas; de haber secuestrado al Presidente en un Hospital sin pensar de que ahí adentro habían más pacientes, niños y ancianos inocentes aterrados por las circunstancia que ocurría en las afueras del centro de salud, medir consecuencias; la “guerra” entre propios organismos de control y las víctimas que resultaron muertas o heridas en el lugar de los hechos.
De ellos no puedo reconocer nada, estaban desubicados, con la sangre caliente en la cabeza y con un solo objetivo: un intento de asesinato al Presidente. Critico la violenta incursión de los militares que no midieron las consecuencias, disparaban como si estuvieran en un campo de batalla, lanzaban bombas lacrimógenas cerca del Hospital introduciéndose ese humo a las habitaciones de los pacientes. Siguieron con el tiroteo aún después de haber rescatado al Presidente. Era una medición de fuerzas entre militares y policías. ¿Qué se ganó con todo esto? ¿La Policía Nacional, solucionó los problemas? ¿Qué pasará con las víctimas, los heridos, los familiares? ¿Quién ganó la “guerra”? Son algunas preguntas que salen a luz pública luego de semejante hecho.
Digno de admirar y aplaudir la valiente y arriesgada labor de los periodistas, camarógrafos, equipo de producción de los diferentes medios de comunicación privados y por mostrar el lado real de los hechos, no una pantomima y un show como lo hizo Ecuador TV que violó totalmente la Constitución porque no mostraron una información veraz, oportuna, contextualizada; sino parcializada hacia el lado oficialista.
gareza40@yahoo.es