El mandatario, que sucede a Alvaro Uribe, precisó que ese diálogo debe darse "en el marco del respeto mutuo, de la cooperación recíproca y de la firmeza contra la criminalidad".
Santos, dijo que uno de sus objetivos "será reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador, restablecer la confianza y privilegiar la diplomacia y la prudencia".
"Queremos vivir en paz con nuestros vecinos, los respetaremos para que nos respeten", manifestó Santos, ante los 5.000 invitados en su toma de posesión, entre ellos el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el canciller venezolano, Nicolás Maduro.
Correa rompió las relaciones con Colombia en 2008 tras un ataque militar a un campamento en Ecuador, mientras que el Gobierno de Venezuela lo hizo el mes pasado cuando Bogotá denunció ante la OEA la supuesta presencia de miembros de las FARC y el ELN en ese país.
Santos manifestó hoy que "sobre las diferencias ideológicas se impone el destino compartido de hermanos de historia y de sangre", pero con los países vecinos a Colombia le unen "propósitos comunes" para trabajar por la región y sus pueblos.
"Así como no reconozco enemigos en la política nacional, tampoco lo hago en ningún gobierno extranjero", matizó, al argumentar: "la palabra guerra no está en mi diccionario cuando pienso en las relaciones de Colombia con sus vecinos o con cualquier nación del planeta".
Para terminar sobre sus planes en política exterior, el nuevo presidente colombiano dijo que él y su equipo creen "firmemente en la unidad y la confraternidad latinoamericana, que son el legado de nuestros Libertadores y el imperativo de nuestros tiempo".
También pidió más ayuda para Haití, porque -según dijo- mucha de esa ayuda "nunca llegó".