Las listas de la ETA

El fiscal general del Estado está muy preocupado con las críticas al modo como ha actuado en relación con las listas de la ETA a las elecciones del día 27, porque ha aceptado acudir a un desayuno de Europa Press (al que sólo se va si se quiere ir) a explicar, a lo largo de casi una hora, lo que la Fiscalía hizo en este curioso episodio de la ruda lucha antiterrorista, que ha acabado con que la ETA, disfrazada de ANV, al final se presenta a las elecciones en un montón de Ayuntamientos del País Vasco y Navarra.

Evidentemente, no era razonable esperar que el señor Conde-Pumpido reconociera que el "proceso de paz" de Rodríguez Zapatero exigía que la banda terrorista, mediante algún seudónimo, volviera a participar en las instituciones y en el disfrute de su dinero. La curiosidad estaba, por lo tanto, en ver cómo se las arreglaría para justificarse.

Pudo haberlo negado todo, en lo que podría llamarse el "estilo Pepiño" o, mejor, el "estilo Moraleda": ni la ETA ni Batasuna tienen nada que ver con ANV, y lo que se ha hecho ha sido advertir que en algunas listas de ANV se han colado algunas personas. El fiscal tuvo el buen gusto de no seguir por este camino. Pudo lamentarse: nosotros ya veíamos que nos la iban a meter doblada, pero como la ley es tan garantista, al final se han aprovechado de los plazos y se han colado en las instituciones. Tampoco fue por ahí. ¿Qué hizo, entonces?

Hizo lo más difícil: reconoció que lo de ANV forma parte de la estrategia de la banda para volver a los Ayuntamientos; se elogió a sí mismo por la finura jurídica con que actuó, y concluyó que al final se ha logrado que la ETA no se presente a las elecciones del día 27.

Genial, sencillamente.