No es broma, pero a la Guardia Civil de Tráfico le encanta el aroma de las plantas. O eso parece, porque estas cosas sólo pueden pasar en España, of course.
El ansia recaudatoria del Gobierno es tan grande, que los radares de carretera pueden ser -y de hecho son- camuflados como si tratara de una fuerza de ataque. Vean ustedes el power point que nos ha llegado y juzguen el sentido ecológico de nuestra Benemérita de la carretera, acuciada, eso sí, por las ansias voraces de la caja de recaudación del Gobierno socialista.
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