La religión laica, olorosa y flamígera, comienza para su oficiante, el coletudo, en su momento más íntimo. El momento de soledad, incertidumbre, duda, miedo y responsabilidad en el que se encuentra consigo mismo, enfrentándose a sus miedos, mientras se viste para torear, para convertirse en compulsivo sacerdote.
Este espectáculo, que cuenta con la colaboración del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid -propietaria de la catedral del toreo, la plaza de Las Ventas del Espíritu Santo- tiene como protagonista el rito. Una liturgia a la que el público es invitado a participar, acercándose a la comprensión de otros aspectos de la Tauromaquia, cuyos orígenes están presentes a través de la herencia de nuestra cultura mediterránea, en el Mito del Minotauro y de Teseo, su matador.
Basado en el Mito del Minotauro, bestia mitad hombre y mitad toro, fruto de los amores de
Pasifae, esposa del rey
Minos, con un hermoso toro surgido del mar, regalo del dios
Poseidón al rey Minos para ser sacrificado en su honor. Éste no atiende el deseo de Poseidón y el dios, en venganza y castigo, hace que Pasifae se entregue al toro y engendre al Minotauro, que será muerto por
Teseo, hijo de
Egeo, rey de Atenas.
El Teseo actual, el matador, el torero, es portador de los valores tradicionales de la cultura mediterránea y de la masculinidad, entendida como valentía para superar el miedo y el arrojo para enfrentarse con la muerte. Es canalizador del subconsciente colectivo y lo manifiesta e interpreta a través de una serie de ritos que han configurado la tauromaquia.
Los países que conservan al 'bos taurus'
Su elegancia ritual, la cadencia en los gestos, la parsimoniosa manera de andar, de encararse con el toro, de crear lances, de interpretar las distintas suertes, la altanera forma de manifestar el triunfo, la concentrada pose ante la aceptación del fracaso, los elaborados desplantes y sobre todo su espectacular atuendo. Todo en el torero conforma un ritual que se trasmite y se perfecciona de generación en generación y que comienza con el rito de vestirse para torear.
Por otra parte, la valoración del toro, del 'bos taurus', descendiente del extinto uro salvaje, criado para la lidia y conservado en libertad en los extensos campos de las dehesas, ha permitido que sobreviva y permanezca la tradición popular del juego con el toro... sólo en los países en que existen las corridas de toros: España, Portugal y mínimamente Francia..
Todo ello sin olvidar la trascendencia e importancia del fenómeno taurino, que está patente en distintas manifestaciones artísticas como la pintura, la literatura, la fotografía, el cine, la música y otras muchas. Y con grandes y reconocidos artistas españoles como
Goya, Sorolla, Fortuny, Casas, Zuloaga, Picasso, García Lorca, José Bergamín, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti
Sin olvidar a extranjeros como
Edouard Manet, Jean Cocteau, Mary Cassatt, Hemingway, Orson Welles, Miguel Ángel Asturias, Fernando Botero y una larga e inacabable nómina de personalidades artísticas que se han apasionado con los toros. Aunque, es el pueblo llano quien ha transformado el mito clásico en Tradición y en Fiesta. Todo este podrá comprobarsde asistiendo al Centro Cultural Buenavista de Madrid este próximo domingo, donde se estrena 'Vestirse para torear'.