En una comparecencia conjunta con el ex premier británico
Tony Blair, que le ha visitado en La Moncloa,
Rodríguez Zapatero ha alabado "el comportamiento cívico y paciente de los madrileños", que están sufriendo una huelga salvaje por parte de los trabajadores del Metro, a los que
Esperanza Aguirre les quiere aplicar una rebaja en el sueldo de menos de la mitad de la que el Gobierno de Zapatero ha exigido a las Comunidades Autónomas que aplique a los funcionarios y personal de empresas públicas.
Pero Zapatero no ha obviado el
salvajismo de esta huelga de Metro, y ha recordado, aunque sin citarlo expresamente, el Artículo 28.2 de la Constitución Española: "Respeto a los servicios mínimos: forma parte del derecho esencial del derecho de huelga".
Ante la media sonrisa eterna de Blair, Zapatero ha dicho que hay que reafirmar un principio que "es el principio de cumplimiento de los servicios mínimos, y, por tanto, es exigible el cumplimiento de este principio" y que "el Gobierno siempre tiene una actitud de colaboración, si puede ayudar a resolver el conflicto".
Ha pedido, en ese sentido, una "actitud de responsabilidad" a la Comunidad de Madrid, que dirige la pepera Esperanza Aguirre, pero ha obviado que Aguirre lo que está aplicando es la rebaja de sueldos a funcionarios y personal público que le exige que haga el Gobierno del propio Zapatero.
En este follón, Zapatero ha eludido responder sobre la necesidad de una 'Ley de huelga' que ya han planteado algunos grupos políticos. Ha dicho que, efectivamente, ésa es una reflexión que se produce cuando hay un conflicto como el del Metro en Madrid, pero… el presidente no siguió y habló de otras cosas.
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