La ausencia de ferroviarios en el Ejército 'ayuda' a la huelga de Metro

La baza a la que hasta la desaparición de la mili se agarraban los poderes públicos municipales o nacionales en caso de huelgas, salvajes o no, en servicios públicos ya no existe. Porque en el Ejército ya no hay profesionales como los ferroviarios en general y los maquinistas en particular, como cuando era de leva obligatoria y todos los jóvenes, además de la famosa e insufrible instrucción, aportaban sus respectivas profesiones.

De ahí que ahora con el paro salvaje en el Metro de Madrid ni Comunidad ni Ayuntamiento hayan podido echar mano, como barruntaban, de los militares para que al menos circularan trenes en la cantidad que se pudiera, aliviando así el caos en que se ha convertido la capital de España.

La positiva noticia de la desaparición de la mili tuvo, también, algunos efectos colaterales que no lo son. Al haberse profesionalizado el ejército, los militares se dedican a lo propio a preparar la guerra o a discutibles acciones humanitarias, como en Bosnia o Afganistán para las que no es imprescindible una formación tan especializada como la de los ferroviarios. El caso es que la 'solución militar' no es posible. Ya veremos si otras.