La entidad financiera contará con una red de 1.215 oficinas y 7.600 empleados, tras realizar un recorte de 395 sucursales y 1.300 empleados pactado con los sindicatos. Con la renovación de los órganos de gobierno en la segunda mitad del año, la caja fusionada pretende acortar al máximo el periodo de transición, que la normativa prevé de hasta dos años.
Este plazo sí que prevé ser completado por Unnim, la otra fusión que aprueban también hoy en asamblea Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu. Con estas dos fusiones, el mapa de cajas catalán pasará de contar con diez entidades a seis.
La única caja que queda fuera del ámbito de la reestructuración del sistema es La Caixa, que no necesita socios para afrontar la coyuntura, aunque en el sector se la ve en el papel 'salvadora' para absorber a alguna caja pequeña que se encuentre en problemas.
Caixa Penedès, Laietana y Girona están de momento 'solteras', pese al interés de las dos primeras por sumarse a algún proyecto de integración. Caixa Girona apuesta por continuar en solitario.