"Esto no quiere decir que se pueda rescatar y sacar a la superficie. Es como encontrar una caja de zapatos en una zona de la superficie de París y con un relieve como Los Alpes", ha explicado, gráficamente, el portavoz de la Marina francesa, Hurgues du Plessis a la agencia France Presse. En efecto: el terreno en el descansa ahora la caja negra, que encierra, en principio, los secretos de ese vuelo sin supervivientes, tiene una profundidad media de 3.000 metros y es muy accidentado y montañoso.
La localización del área de la caja negra se ha producido porque los investigadores han examinado nuevamente las grabaciones que los submarinos armados de potentes receptores hicieron semanas después del accidente. La caja negra emitió, durante dos meses, un sonido parecido al que hace un martillo de madera al golpear sobre una mesa. En su tiempo, esas grabaciones no presentaron nada. Pero ahora, gracias a nuevos programas informáticos, se ha podido rescatar el sonido delimitador.
Las causas del accidente aún son oscuras: el organismo oficial francés encargado de las investigaciones, la BEA, aludió en su tiempo a un posible fallo de las sondas encargadas de medir la velocidad del avión y al hecho de que éste atravesara una zona de grandes turbulencias sin esos medidores perfectamente sintonizados. Pero añadía que faltaban elementos para saber exactamente por qué se vino abajo el avión de forma tan abrupta.