De momento, el líder de los socialistas valencianos no piensa en alianzas electorales pero tampoco las descarta. "El socialismo valenciano comparecerá con la aspiración de ser el partido con más apoyo popular. Sobre coaliciones postelectorales, hay que esperar el resultado en las urnas. Pero nuestra vocación es gobernar en solitario", afirmó.
Alarte confía en tener mejores resultados que su antecesor
Joan Ignasi Pla ante la situación "crítica" que vive la Comunitat. "Creo que las cosas están cambiando. Y esta crisis ha puesto en evidencia que en la Comunitat muchas de las cosas que nos decían eran mentira.
Camps no es un líder y las políticas del PP valenciano sólo han servido para evaluadas en el tiempo y ante la dificultad constatar que han fracasado en nuestra comunidad", sentenció.
Asimismo, señaló que basa el mensaje que quiere trasladar al electorado es de "cambio, empleo y regeneración democrática. Los derechos de la dependencia. Decencia y más democracia", apuntó.
También en el ámbito político abordó la situación de Benidorm pero rehusó hacer valoraciones sobre el peso de
Leire Pajín y su familia en el consistorio del municipio alicantino. “Yo hablo de política, no de la madre de Leire, ni de la familia de ninguna persona. Así que valoraciones de la vida íntima de los demás, ni de Leire ni de nadie. Por cierto, aprovecho su pregunta para exigir públicamente respeto y consideración hacia las familias de todos y también de Leire. De lo que sí hablo es de política. Mi opinión sobre lo que pasó en Benidorm es muy conocida y sigue siendo la misma”, sentenció.
Caso Gürtel
Como era de esperar, Alarte también recibió preguntas de los lectores sobre el caso Gürtel. Al respecto, señaló que el caso ha pasado factura "políticamente" al PP valenciano y mostró su respecto a la actuación de la justicia. Sobre las consecuencias que la actuación de la trama podría tener para los populares valencianos señaló afirmó que la última palabra la tienen los tribunales. “No le deseo ningún mal a nadie. Tampoco a Camps. Lo que deseo de verdad es que Francisco Camps tampoco nos lo desee a los valencianos y valencianas y que él y el PPCV dejen de gobernar nuestra comunidad condenándonos al infradesarrollo, al paro y a la degradación democrática”, señaló.
El líder socialista también se enfrentó a dos de las cuestiones más polémicas de la actualidad valenciana: el agua y El Cabanyal. Respecto a la primera cuestión, aseguró no ser “antitrasvasista” y aseguró que apoya este tipo de infraestructuras si son sostenibles económica y medioambientalmente. “El trasvase Tajo-Segura está construido, no supone ningún esfuerzo económico añadido ni intervención en el Medio Ambiente y su necesariedad está más que justificada. El trasvase del Ebro ni cumplía ni cumple ninguna de esas tres condiciones”, añadió.
Respecto a El Cabanyal aseguró que el proyecto diseñado para el barrio es una prueba clara del modelo urbanístico de Ayuntamiento y Consell basado, a su juicio, en la “destrucción frente a la rehabilitación”.
“El urbanismo que desprecia a la gente, que ya no sólo se conforma con construir hasta el último de los solares o los espacios vacíos sino que ahora, además, destruye para construir más. Y es el urbanismo que desprecia el patrimonio cultural y desprecia a la ciudad”, señaló.