Desde las doce el mediodía, los aledaños de la Plaza de Cuba y la calle Betis eran tomados literalmente por furgonetas de la Policía que revisaban los bajos de los coches aparcados en las inmediaciones y vigilaban las entradas al restarurante Rio Grande donde, a las dos de la tarde, la Ejecutiva del PP surgida del Congreso de Sevilla, iba a celebrar un almuerzo para conmemoras los 20 años. A ellos se le unían cerca de un centenar de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión en un despliegue inusitado que recordaba los tiempos en que Aznar era presidente del Gobierno. Y fueron puntuales. A las dos en punto, un autobús paraba a la entrada de la calle y de él descendían los miembros de aquella Ejecutiva que marcó la renovación del partido, encabezados por el matrimonio José María Aznar y Ana Botella.
Aznar fue parco en palabras. Rehusó hablar sobre el Caso Gürtell y el cese de Bárcenas aunque dejó clero que la corrupción debería ser erradicada del PP, "el partido debe de ser implacable contra la corrupción porque así lo exigen sus militantes" y se limitó a expresar su nostalgia al recordar la época en que fue elegido presidente del PP, añadiendo que lo único malo es que ahora tenía veinte años más que entonces. Por su parte, Manuel Fraga, ayudado para evitar el acoso de los medios, declaró que Bárcenas se había limitado "a cumplir con su obligación".
Poco después llegaba la hora de la foto oficial. Un estrado de tres filas con la Torre del Oro como fondo. En primera línea, Carlos Aragonés, Arturo Moreno, Álvarez Cascos, Manuel Fraga, Ana Botella, José María Aznar, Mariano Rajoy, Juan José Lucas, Alberto Ruiz Gallardón, Juan Carlos Vera y Guillermo Gortázar. En segunda, Maria Teresa Esteban, Gaspar Ariño, Jesús Posada, Marcelino Oreja, Tomás Burgos. José Miguel Ortí Bordás, José Luis Álvarez, Soledad Becerril, Juan Manuel Fabra y Rodolfo Martín Villa. Y en tercera, Celia Villalobos, Isabel Tocino, Ramiro Rivera, José Manuel Otero, Jaime Mayor Oreja, Abel Matutes, Alejandro Muñoz Alonso, Luis Ramallo, José Manuel Romay Beccaría y Federico Trillo. Todos ellos eufóricos por el acontecimiento y, algunos, entusiasmados por un reencuentro que a algunos se le hacía lejano y casi imposible. Es verdad que se echaron de menos a algunos miembros de aquella primera Ejecutiva ya desaparecidos (Loyola de Palacio, Pio Cabanillas, Gabriel Cisneros), a otros ausentes por sus oblgaciones profesinales (Rodrigo Rato o Javier Rupérez) y algunos no deseados (Naseiro o Cañellas).
Tras la foto oficial, un almuerzo en el mismo lugar que el celebrado hace veinte años y en el que con el fondo de la Torre del Oro, el Caso Gürtell siguió planeando sobre la treintena de comensales a los que se le unió a última hora el presidente del PP andaluz, Javier Arenas.