El malestar social comenzó a evidenciarse a comienzos de marzo debido a la gran pobreza, la subida de los precios y la corrupción política en esta ex república soviética y ha escalado en los últimos días.
Unas 1.000 personas han irrumpido en la oficina del fiscal general y han roto las ventanas del edificio y lanzado por ellas ordenadores y material de oficina. Un responsable de los servicios de emergencia, que pidió no ser identificado, señaló a Reuters que podría haber más de 50 muertos en los disturbios, cifra que no ha sido confirmada por las autoridades.
La policía antidisturbios han lanzado gases lacrimógenos y bombas de humo para refrenar a la multitud que llevaba rifles automáticos y barras de acero fuera de la oficina del presidente Kurmanbek Bakiyev. El primer ministro de este país de 5,3 millones de habitantes, Daniyar Usenov, había restado importancia a las protestas.
Aunque Usenov ha dicho que tanto él como el presidente siguen trabajando en sus oficinas, un portavoz del primer ministro ha dicho vía telefónica desde dentro de la sede presidencial "que no nos atrevemos siquiera a asomarnos a la ventana".
Los opositores también han tomado el control del canal estatal KTR, según medios locales. En otros tres poblados, los manifestantes han asaltado edificios gubernamentales. En una de las ciudades, un vice primer ministro y el ministro del Interior fueron fuertemente golpeados.
La oposición ha estado exigiendo al presidente Bakiyev, quien llegó al poder en 2005 en medio de una revuelta popular, que combata la corrupción y que despida a sus familiares que ocupan altos cargos en el Gobierno.
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