"Consideramos desde el PSM que este señor no está capacitado para ejercer dicha responsabilidad, máxime cuando se trata de un área tan sensible como son las acciones contra la Violencia de Género", señaló Toledano.
Tras recordar que entre las funciones del Consejo Asesor se encuentran "cuestiones de gran calado social, político e ideológico", en un Estado democrático "como es el nuestro", Neira, en su calidad de cargo público, "está incumpliendo con la manifestación de sus barbaridades el principio de lealtad y fidelidad a nuestra Constitución, que debe guardar toda persona que desempeña un cargo público". Toledano ha considerado "urgente y necesario, por el bien general de las mujeres, que Jesús Neira sea destituido con urgencia".
Por todo ello, la responsable socialista pidió a Esperanza Aguirre, "en aras a garantizar la defensa de las miles de mujeres que sufren violencia de género en nuestra Comunidad, destituya inmediatamente a Jesús Neira en su cargo de presidente del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia, por considerar "que una persona que se manifiesta abiertamente en contra de los principios de nuestra Constitución, no puede bajo ningún concepto, seguir desempeñando ese puesto".
En su libro, Neira considera que "el sustrato de violencia y terror" forman parte de las "entrañas mismas del socialismo", por lo que los progresistas se han visto obligados a "adoptar cambios en la nomenclatura para introducir una palabra que dé menos miedo, como socialdemocracia". Término que califica como "un fraude de sentido", pues "puede ser cierto lo de social, pero no lo de democracia en modo alguno".
"Una democracia sólida y consecuente en el amparo de la libertad debe ilegalizar a sus enemigos. La retórica tan repetida referente a que todas las ideas son respetables es una falsedad completa y una falsedad peligrosa, porque hay ideas que pueden aportar la violencia máxima de la ruptura de una nación y de un Estado, o de una Guerra Civil", señala a continuación el profesor de Teoría del Estado.
Asimismo, Neira indica que la elaboración de la Constitución fue una "anormalidad antidemocrática", algo así como "un apaño, un arreglo entre las partes". "Se presentaba la idiotez de una Constitución de consenso, de todos: una coyunda feliz entre comunistas, socialistas, liberales, democristianos e independentistas. Como si un texto cualquiera en el que se introduzcan cuestiones contrarias e incompatibles de una y otra parte fuese en verdad una Constitución", lamenta.