La edición 158 del show sabatino fue formidable. Cantinflas hubiese palidecido de envidia ante las piruetas intelectuales de Correa para convencernos de que está bien que Allegro pierda ahora solo un millón de dólares, porque ya no pierde 200 como antes. Lo jocoso es el porqué: se le ha dado un contratito con la Policía nacional. Así se maquilla la cifra para que arroje saldos positivos.
Entonces, no es la eficiencia de la empresa lo que produce rentabilidad, sino el subsidio. Para él, está bien que “allegromente” se pierda nuestro dinero mientras Porta y Movistar ganan una millonada. Lector, no mande a sus hijos a estudiar economía a Lovaina, por favor.
Se preguntaba además, que clase de transporte público queremos. No sabe aún que en el Ecuador, el transporte nacional del público es privado, pues lo prestan cooperativas de transporte privado.
Ahora, planea arrebatárselo para convertirlo en un allegro-transporte, y así habrá que subsidiarlo con el dinero de la patria que, ya es de todos... los que están en Allegro o en el Gobierno.
Se le mezquina 17 millones de dólares a Guayaquil, cuando 200 ó 300 burócratas de la Presidencia tienen un presupuesto de 800 millones de dólares.
Esto, mientras algunos cantones de la provincia del Guayas -gracias a la ineptitud de un régimen que afronta su cuarto invierno- se encuentran ya bajo las aguas, porque -habiendo la millonada que hay en manos de la Presidencia- el gobierno del señor Correa no la ha destinado a la limpieza del cauce de los ríos, sino a sus devaneos gastronómicos.
En el Ecuador no debería haber inundaciones, pues con la infraestructura adecuada el agua drenaría por gravedad. Holanda, que está bajo el nivel del mar, ha sido capaz de hacerlo. Para comprobarlo, solo era necesario contratar un ingeniero holandés y no un cheff belga. Claro, si al señor Correa le importase algo el pueblo que lo eligió.
Es decir, si estuviese más pendiente del país que de su estómago.
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