En todo caso, y aun advirtiendo de que será necesario esperar a ver los resultados de esta mano aparentemente tendida, creo que el gesto de
Barreda merece, en principio, aplauso. Y que
Cospedal, a quien las encuestas dan como posible ganadora en el que fue feudo de
José Bono, debería recoger esta mano y dar un ejemplo a sus ‘mayores’,
Rajoy y
Zapatero, marcando un camino hacia el que los dos ‘grandes’ deberían transitar.
No tengo, la verdad, muchas esperanzas en que cuaje el pacto castellano-manchego, aunque bien vendría por muchas razones, desde las soluciones al tema del agua hasta una toma de posición común acerca de los problemas vinícolas o el fin de la absurda polémica sobre los residuos nucleares. El pacto debería hacerse, lo haya propuesto quien lo haya propuesto y beneficie luego a quien beneficie en las elecciones de mayo de 2005, aún muy lejanas.
La primera reacción de Cospedal, sin embargo, no ha sido muy alentadora:
“no sirve para frenar la crisis y el aumento de parados”, ha dicho la secretaria general del PP y candidata a la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. Lo que no sirve es no hacer nada, seguir en la inercia de la hostilidad. Barreda, es verdad, anda desesperadamente buscando notoriedad, una imagen de independencia respecto del ‘cuartel general’ socialista en Ferraz –a Bono esa táctica le dio muy buen resultado, pero Barreda no es Bono--.
Opinión compartida por muchos socialistas
Su petición, lanzada a través de Punto Radio, para que Zapatero haga un ajuste de Gobierno profundo y que reduzca el número de ministros, la comparten muchos socialistas, pero ninguno ha osado expresarla en voz lo suficientemente alta. Ahora, el pacto, al que ZP se resiste como gato panza arriba –también Rajoy, esa es la verdad--, dice que por razones
“ideológicas” (¿?), es más necesario que nunca.
Como si la falsa ideología les sirviese ahora de algo a los cuatro millones y pico de parados. Y digo falsa porque, si bien se analizan, las propuestas económicas de PP y PSOE tiene no pocas similitudes y bien escasa diferencias. En fin, que cunda el ejemplo de Barreda. Entre otras cosas, porque para reducir en 50.000 millones de euros el gasto público hará falta el concurso de las autonomías, hoy todas en manos de PP o del PSOE. Sin ese pacto político, no hay nada que hacer.