"Es una vergüenza que el árbitro me haya expulsado. Eso no es roja ni aquí ni en ningún lado del mundo. Estoy muy triste, declaró el portugués, tras visitar a Mtiliga en el vestuario de los malaguistas.
Cristiano continuó defendiéndose de la acción que le costó la expulsión. "Salió sangre, pero el que juega a fútbol sabe que mi intención no es agredirle, sino defenderme de su agarrón. Yo no quería lesionarle", afirmó.
"Fue fruto de la mala suerte. El chico del Málaga sólo mide 1'70 y si hubiera sido más alto le hubiera dado en el pecho. Estoy tranquilo porque no soy ese tipo de jugador que va a hacer daño", continuó.
Por su parte, el extremo dejó un recado a la liga española y a sus colegiados. "Los árbitros deben marcar lo que ven y yo no quiero engañarles. En Inglaterra a mí me han dado mucho, pero lo que no me gusta es que en España muchos jugadores se tiran y no quiero dar nombres, y además dan muchas patadas", opinó.
"Yo antes era un jugador que sí que me tiraba", reconoció, aunque afirmó que ha cambiado. "Ya he aprendido que eso no se puede hacer y ahora me enfado con quien lo hace".
A su vez, el luso manifestó estar "contento" con sus dos goles pero "triste" por no poder "ayudar" al equipo en Riazor: "Ahora voy a estar en casa mirando la pared, que no me gusta, yo nunca he agredido a nadie", incidió.
Además, tras pedir "perdón" al jugador malaguista, asegura que éste le dijo, que sabía que no le quería "agredir" y que había sido fruto de la "mala suerte".
Cristiano acudió al vestuario del Málaga
El portugués acudió al vestuario del Málaga para disculparse con Mtiliga por el codazo que le propinó.
Ronaldo, que fue expulsado en el minuto 70 tras la agresión al jugador del Málaga, fue a pedirle perdón nada más conocer que el danés tenía la nariz rota y que podría estar unas tres semanas de baja.