Indicó, además, a preguntas del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, que Díaz de Mera le pidió ayuda el mismo día de su declaración, el 28 de marzo y que le explicó que se encontraba en una situación muy desagradable y estaba "presionado políticamente".
Por ello pidió su permiso para facilitar su nombre al tribunal como fuente de la información sobre la existencia de un supuesto informe que relacionaba a ETA con la masacre. "Le dije que quería ayudarle pero que no podía decir algo que no es cierto", destacó el testigo.
Explicó que en su opinión el ex Director General de la Policía "equivocó datos" ya que él le habló de un informe que "está aportado al sumario" y no establece relación alguna entre ETA y los islamistas.
Tras esta primera conversación con el ex Director General, García Castaño volvió a hablar con él al día siguiente, destacó el testigo, que agregó que en esta ocasión la comunicación fue "más tensa". El eurodiputado popular le dijo entonces que había hablado con el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, y que éste le había prometido que iba a estar amparado y protegido. Le recordó también que la sala iba a pedir "un suplicatorio" y que el proceso en su contra podía suponerle la inhabilitación.
"Le dije que no podía entrar en ese juego porque soy un funcionario de policía", indicó el testigo que dijo entender que Díaz de Mera había utilizado su amistad. Agregó que no tiene "constancia cierta" de que el ex mando policial en la época del PP hablara con otros.
Puso también de manifiesto que ya en septiembre de 2006, cuando Díaz de Mera mencionó por primera vez la existencia del supuesto informe, los datos ofrecidos por él al ex Director General, al que le une una relación de amistad, descartaban los vínculos entre ETA y los terroristas integristas.
"Cuando me preguntaba yo le concretaba datos, le decía: 'Agustín, no hay ninguna relación, no encontramos ninguna relación, no puede haber un informe roto o manipulado porque no existe esa relación", insistió el testigo.
Así descartó que se pidiera a un funcionario policial que introdujera cambios en un documento que establecía dichos vínculos o que se llevaran a cabo represalias contra un policía por negarse a hacerlo.
García Castaño agregó que Díaz de Mera no le dio explicación de los motivos que le llevaron a mantener la postura contraria a las informaciones que él le ofrecía.
Destacó, además, que lleva 32 años en el cuerpo, "luchando contra el terrorismo", y que por su experiencia conoce que ETA ha aconsejado históricamente a sus presos no mantener ningún tipo de relación con personas procedentes de organizaciones radicales como el GRAPO, grupos anarquistas o incluso islamistas, ya que la banda terrorista considera que "no son de fiar y son muy susceptibles de ser "infiltrados policiales". "Incluso hay algún documento al respecto y comentarios en los zutabes", agregó.
La cuñada de El Chino
La cuñada de Jamal Ahmidan, alias "El Chino", Mariana Aguayo, ha indicado ante el tribunal del 11-M que visitó la finca de Morata de Tajuña, donde se almacenaron y prepararon los explosivos utilizados en el 11-M, en dos ocasiones, la última de ellas el día 13 de marzo de 2004. Aquella vez, en la que acudió en compañía de su hermana, Rosa, para visitar la casa, Ahmidan les pidió que esperaran en el coche porque había gente "rezando en una habitación".
Describió la vivienda como una casa de una planta "pequeña y en obras y con un terreno alrededor". La testigo ha añadido que nunca consideró radical a "El Chino" y dijo ignorar si solía rezar o realizaba a su hermana recomendaciones sobre su forma de vestir. Ha indicado, además, que sabía que se dedicaba a la venta de droga.
Ha explicado también a preguntas de una de las acusaciones particulares que su hermana nunca le dijo si "El Chino" le había llamado el día 3 de abril, antes de que se suicidara junto a otros seis terroristas islamistas en Leganés.
A continuación, ha declarado el padre de Mariana Aguayo y su hermana Rosa, Francisco Aguayo. Este dijo que únicamente vio a Ahmidan en dos ocasiones, la última de ellas el día 19 de marzo de 2004, en una fiesta celebrada en ocasión del Día del Padre en la finca de Morata. Ha explicado que la finca consistía en una parcela con una casa muy vieja y que no había nadie cuando fue allí. Al igual que su hija, indicó que desconoce si "El Chino" llamó a su mujer Rosa el 3 de abril.
En cuando a la religiosidad de su yerno ha explicado que tenía que ser creyente ya que el día que le conoció le vio solo cinco minutos y después desapareció. "Me dijeron que estaba en una habitación rezando", ha agregado.
Mohamed Nidal Acaid, propietario de la finca de Morata de Tajuña, indicó más tarde que la policía no se interesó por la vivienda tras su detención en 2001 y aclaró que no se trataba de su vivienda habitual y que únicamente la ocupaba con su familia algunos fines de semana. Indicó que compró el terreno a mediados de 1997 y dijo desconocer a qué personas se alquiló la casa después de su detención ya que se encontraba encarcelado. Nidal Acaid se encuentra preso en la cárcel de Palencia por su relación con una célula de caracter islamista cercana a la organización Al Qaeda. El testigo añadió que se quedó "totalmente sorprendido" cuando supo para qué se había utilizado su vivienda, después de la masacre. "Me enteré en prisión, me volví loco, estaba totalmente sorprendido", dijo.
Leganés
Tras las declaraciones de los familiares de la esposa de "El Chino" varios TEDAX han relatado a la sala sus labores en la casa de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés, después de la explosión. Un inspector ha explicado que su misión fue iluminar mediante un foco la zona una vez anocheció para facilitar las labores y otros de sus compañeros describieron el hallazgo de detonadores y dinamita en los escombros de la vivienda.
La abogada de la acusación particular de Angeles Pedraza y otros, Manuela Rubio, parte que solicitó el testimonio de estos policías, ha preguntado a uno de ellos si podía aclararle los motivos por los que no se encontró sangre en la casa. El agente no supo contestar a la cuestión.
Han detallado también la recogida de diferentes objetos como mochilas con ropa usada, teléfonos móviles, libros, documentos. Uno de ellos ha relatado también la localización de los cadáveres de los suicidas y ha dicho que se encontraban en bastante "mal estado" y no pudo apreciar si portaban cinturones.
Investigación de la Kangoo
El presidente de la comunidad de vecinos de una vivienda cercana a la estación de tren de Alcalá de Henares en el momento de los atentados, donde trabajaba el portero Manuel Garrido que vio a tres personas sospechas salir de una furgoneta Kangoo y dirigirse a primera hora de la mañana con mochilas hacia el punto de salida de los trenes, Luis del Moral, ha indicado ante el tribunal que la policía comenzó a registrar el vehículo sobre las once menos cuarto de la mañana del día 11 de marzo de 2004.
Del Moral ha relatado que bajó a las diez y media de su piso y el portero le dijo que había observado una furgoneta frente a la casa de la que habían salido "dos o tres hombres con unas pintas muy raras" que salieron del auto y se dirigieron con una mochilas hacia la estación.
El testigo ha añadido que tras comprobar que el estación había policía se acercó y "personalmente" notificó a los agentes lo que había visto el portero. Cuando regresaba a su casa, policías que se acercaron a la vivienda en dos coches le pidieron que ampliara datos. "Les dije que me lo había contado el portero y les indiqué la furgoneta", ha afirmado.
Por su parte uno de los responsables de la compañía de alquiler de vehículos Hertz de España Francisco García, ha explicado a la sala que se encargó de recoger en comisaría un vehículo Skoda Fabia propiedad de la empresa que había sido robado. El coche, presuntamente utilizado por los terroristas islamistas para transportar los explosivos desde Morata de Tajuña a Alcalá, no presentaba nada que llamara la atención del empleado.