Ha tenido que irse a Argentina a decirlo, pero lo ha dicho: el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, ha anunciado que reformar la ley para nacionalizar a los descendientes de mujeres españolas emigrantes, una reforma que entrará en vigor a finales de año y que acabará con “una discriminación establecida en la dictadura franquista”. En fin, que parece que está preparando 2008, en busca de más votos para las generales.
Es cierto que hay una razón: las mujeres españolas emigrantes durante el franquismo no transmitían los mismos derechos que los hombres, dado que sus descendientes tienen muchas más dificultades para lograr la nacionalidad española. De lo que se trata ahora es de reformar el Código Civil y, además, con carácter retroactivo.