Se indicaba ya en las crónicas que señalaban que la activista saharaui había alcanzado ya el primer mes completo en huelga de hambre: se advertía que había registrado unos primeros dolores de cabeza, y que ella misma se había descrito como "muy débil". Pocas horas más tarde, y tras 32 días en huelga de hambre,
Aminetu Haidar ha sido hospitalizada, por voluntad propia, en el hospital Doctor
José Molina Orozco de Arrecife. La activista, según han señalado sus médicos, se encuentra estable en la UCI del centro médico. Pero, a pesar de su débil estado de salud, Haidar se muestra convencida de su propósito de mantener la huelga de hambre incluso durante su estancia en el hospital, según ha explicado su abogada,
Inés Miranda, quien ha asegurado que la activista no será alimentada, sino que recibirá sólo tratamiento para los dolores estomacales y abdominales que padece.
La letrada que representa a Haidar, ha subrayado que "el tratamiento que está recibiendo es sólo para calmarle los dolores, y que sigue con la huelga de hambre, no se la está nutriendo". La activista fue trasladada la pasada
medianoche, hacia las tres de la madrugada del jueves, por una ambulancia medicalizada desde el aeropuerto de Lanzarote, poco después de que su salud comenzara a empeorar. Tras sufrir vómitos y mareos en el habitáculo de la terminal en el que se instaló cuando llegó a Lanzarote, la activista accedía a acudir en el hospital, tras los consejos de su médico personal, Domingo de Guzmán, y su abogada, Inés Miranda. En cuanto a los facultativos del hospital le suministraron suero por vía intravenosa para ayudarle a recuperar los líquidos perdidos.
Como indicábamos, ya en las últimas 48 horas, Haidar se había encontrado muy débil y apenas había ingerido agua. "Estaba grave y muy mal y no podía levantarse", ha explicado uno de los miembros de la Plataforma de Apoyo Aminetu Haidar, que se han trasladado al hospital para conocer la situación de Haidar. En sus últimas apariciones, la activista de derechos humanos se encontraba cada vez más débil y en los últimos días Haidar ha empezado a tener dolores. La hermana de Aminatu, Laila, que acudió a Lanzarote para visitarla había abandonado con lágrimas en los ojos el habitáculo en el que vive su hermana.
En cuanto a la propia huelguista de hambre, había hecho declaraciones a un diario argelino, 'El Watan'. La defensora de los derechos humanos aseguraba que Marruecos quiere su muerte, y denuncia la actitud de las potencias occidentales para las que "los intereses económicos son superiores a los ideales de derechos humanos". Haidar aseguraba también que la "intransigencia" de las autoridades marroquíes y su rechazo a permitirle regresar a su ciudad de El Aaiún representan una prueba de que "Rabat quiere mi muerte, es eso lo que quiere, ésa es su gloria".
Pero la llegada de Haidar a un hospital, algo perfectamente previsible, ha coincidido con las nuevas gestiones que se están efectuando para dar salida airosa a su situación. La presión sobre Rabat empieza a llegar ahora desde el Parlamento Europeo. No se descarta que EE.UU. esté ejerciendo su propia presión sobre el régimen marroquí y se llegue a alguna fórmula que permita el regreso de Haidar sin dar la sensación de que Rabat es el derrotado. También el Papa se moviliza a favor de la salud de la activista. Y por lo que se refiere a
Rodríguez Zapatero se muestra convencido de que el problema se resolverá muy pronto.