Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados,
Fernández Ordóñez señaló también que la crisis está sirviendo para corregir algunos desequilibrios del pasado, como el alto endeudamiento o el elevado peso del sector inmobiliario en el modelo económico español.
Aún así, recordó que las perspectivas económicas siguen rodeadas de "
gran incertidumbre", y aseguró que el principal soporte de la actividad en 2010 deberá ser el sector exterior, año en el que se empezarán a registrar crecimientos graduados a pesar de la caída
"moderada" que se registrará en el conjunto del año, lo que apunta a una recuperación
"lenta y moderada".
Por todo, consideró
"imprescindible" adoptar medidas y reformas "
ambiciosas" para absorber las secuelas
"más negativas" de la crisis, afrontando los problemas estructurales de la economía española para alcanzar la recuperación y el crecimiento potencial y evitar un escenario de
"atonía prolongada".
Por otra parte, Fernández Ordóñez aboga por acometer
"con prontitud reformas de las instituciones laborales" españolas que acerque la tasa de paro española
"a la del resto de países más desarrollados" y que pasen por innovar en las modalidades de contratación, con el fin de "
facilitar al máximo" la creación de puestos de trabajo y reducir la
"acusada segmentación" del mercado laboral español.
Fernández Ordóñez advirtió de que la "viabilidad" de cualquier estrategia presupuestaria para superar la crisis depende de un "cambio rápido y profundo" en las tendencias de destrucción de empleo.
"Sin una reducción significativa del desempleo, será muy difícil revertir la trayectoria del gasto público y asegurar una recuperación sostenida", aseguró. En este sentido, denunció que la elevada tasa de temporalidad del empleo tiene "consecuencias altamente negativas" para la "eficiencia y equidad de la economía".
Asimismo, hizo hincapié en la reforma de la negociación colectiva para permitir que los salarios se adecuen a la situación de cada empresa, pero también para dotar a éstas de la "necesaria flexibilidad" que les permita aumentar la productividad y los salarios "allí donde sea posible".
Todo ello, a su juicio, servirá para "suavizar" el impacto de la crisis sobre el empleo, reasignar los "trabajadores excedentes" hacia sectores más productivos y aumentar la tasa de crecimiento potencial de la economía española.