El vídeo no mató a la estrella de la radio y el teleprompter, a pesar de sus jugarretas, no boicoteó el discurso de Esperanza Aguirre en el debate del estado de la región. La tecnología es juguetona y los duendes electrónicos, haberlos, ‘haylos’, en una Asamblea de Madrid donde lo digital ha tomado las riendas.
Aguirre entraba en la Asamblea en enseñando
la foto de su nieta en su flamante teléfono móvil mientras desfilaban las autoridades políticas y sociales de la región. Saludos por doquier e intercambio de experiencias en las vacaciones en los pasillos, que no todo es política y rivalidad. Ningún complejo tenían Maru Menéndez e Ignacio González,
enemigos íntimos en lo político, en plantarse dos besos y comentar sus respectivas experiencias. Otro tanto para Reyes Montiel (IU), vestida de verde esperanza, y Cristina Cifuentes (PP), elegante, que afilaban los dedos de cara al debate paralelo que iban a ofrecer en Twitter junto con el socialista José Cepeda.
Pero no todo estaba en Internet. Amparo Valcarce, delegada del Gobierno, se estrenaba como visitante de la Asamblea y hacía la visita de cortesía a la presidenta Elvira Rodríguez. El PSOE, como
los ‘Hombres de Harrelson’, llegaba en grupo con Tomás Gómez a la cabeza. Ángel Pérez (IU) dejaba unos momentos el Ayuntamiento para ver en acción de Gregorio Gordo. A Arturo Canalda, Defensor del Menor, nadie se atrevía a hacerle bromas con su incursión en el
‘caso Andreíta’ y las iras de
Belén Esteban.
Pero los minutos pasaban y el representante oficial del Ayuntamiento de Madrid no llegaba. “-¿Viene Gallardón? –No, no viene. Viene Botella -¿Ha llegado Botella? -No, no ha llegado”. Nervios de última hora y todos al hemiciclo. Finalmente, la delegada de Medio Ambiente,
Ana Botella, subía la última a la tribuna de invitados sin luces, cámaras ni micrófonos: toda la prensa estaba ya en sus puestos. Allí se encontraba con lo más granado de la Comunidad de Madrid: Arturo Fernández (CEIM), Salvador Santos Campano (Cámara de Comercio), David Lucas (PSOE Ayuntamiento de Madrid), Ángel Pérez (Izquierda Unida de Madrid), Javier López (CCOO Madrid), Eva Piera (viceconsejero de Economía), José María Álvarez del Manzano y alcaldes como los de Alcorcón, Móstoles o Alcalá de Henares.
Besos a Pepiño
Preparados, listos, ¡ya! El Twitter explota. ¿Qué le pasa a Esperanza Aguirre?
¡Se ha quedado en blanco! Primera jugada del teleprompter -la pantalla transparente donde lee su discurso-, y no será la última. El gabinete de la presidenta asegura que ella es “un hacha” en lo que a controlar el aparato se refiere; el problema es que salirse del guión para hacer el discurso más natural hace que a veces se pierda.
El discurso de Aguirre no da demasiadas sorpresas. Palmas a la gestión popular, resumen de méritos y tortas a Zapatero. En medio del ‘speech’, hasta el color del vestido de la presidenta es motivo de comentario. “- Es azul -No, es azul celeste -No, es
‘azul pavo real’, por el color de la cola”, dictamina una compañera que en su día tuvo en sus manos un vestido similar. La presidenta sigue a lo suyo: hospitales, menos impuestos y más. “¿Qué hay de lo mío?”, brama el alcalde de Getafe, Pedro Castro, desde las redes sociales, “del Metro a El Casar y Perales del Río ni mu”. Los sindicatos, hieráticos porque no se habla de los parados, aguantan desde la tribuna las invectivas de la oradora. El mejor parado es
José Blanco, antes anticristo para la presidenta en el papel de secretario de organización del PSOE y ángel celestial desde que es ministro de Fomento.
Besos y parabienes para Pepiño.
Vacas gordas, vacas flacas
Pasan los minutos y la “sorpresa” anunciada por Aguirre no llega. “Seguro que se la ha guardado para mañana”, aventuran los espectadores. Espera, va a decir algo importante... ¡No!
Ha vuelto a perderse por culpa del prompter. Al hablar de Navacerrada le cuesta “coger el toro por los cuernos” y trastabilla con
las vacas gordas y las flacas. En Madrid, aunque seamos muy optimistas, siguen siendo flacas.
La presidenta finaliza y toca correr por los pasillos. Lo que para David Pérez (PP) ha sido una intervención llena de compromiso para los madrileños han sido un “análisis vacío” para la oposición. Cifuentes no deja de defender a su jefa en Internet y Cepeda pone la guinda irónica: “The teleprompter killed the oratory star”. Este miércoles, más debate en directo a través de
Madridiario.