El día 23 de septiembre el Museo de América inaugura la exposición: Mantos para la eternidad: Textiles Paracas del antiguo Perú. Esta muestra exhibe una espléndida colección de 82 piezas que constituyen parte de los ajuares de los fardos funerarios de la milenaria cultura Paracas que se desarrollo en la costa sur, procedentes de los fondos del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú y del Museo Regional de Ica.
Es la primera vez que en España se realiza una exposición relativa a los espectaculares mantos Paracas, que constituyen uno de los grandes tesoros del patrimonio precolombino peruano.
La muestra del Museo de América de Madrid, que está comisariada por la conservadora del Museo, Ana Verde Casanova, permanecerá abierta al público hasta finales del próximo mes de febrero de 2010, y está patrocinada por el Ministerio de Cultura y la Embajada de Perú en España.
Los Paracas
Esta cultura, que alcanzó su esplendor entre los años 100 a.C y 200 d.C, en la península de Paracas, en la costa sur de Perú, fue descubierta por el arqueólogo Julio Tello, en 1925, comenzando el estudio de la misma tras desenterrar más de cuatrocientos fardos funerarios en la necrópolis de Wari Kayan, ubicada en la localidad de Cerro Colorado, en Paracas.
Como en todas las civilizaciones andinas, los textiles desempeñaron un papel muy significativo y resultaron el soporte de un elaborado proceso ritual mortuorio, que alcanza su mayor esplendor en los enterramientos de los miembros de mayor rango social.
La iconografía de los mantos presenta igualmente la imagen de unos personajes, a veces antropozoomorfos, que exhiben numerosos utensilios y báculos, símbolo del poder, junto con guerreros que portan cuchillos y cabezas cortadas , rodeados a menudo por serpientes bicéfalas y otras representaciones más o menos naturalistas de plantas, animales o figuras geométricas.
Las telas de algodón y fibra de camélido forman parte de las primeras evidencias de su elaboración en todo el continente americano. Bordadas en diferentes grupos de color que se alternan, conectan con la naturaleza y el mundo sagrado, y nos hablan de su mitología y creencias, por lo que tienen un carácter simbólico y sagrado que conecta con la cosmovisión de esta cultura.