El cierre norte de la M-50 lleva más de diez años en los despachos de la administración madrileña. La última propuesta se reactivó en el mes de abril tras la reunión del ministro de Fomento, José Blanco, y la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre. Desde entonces la plataforma M-50 NO de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes está dando a conocer las afecciones que sufrirán estos municipios.
El cierre norte de la M-50, bautizado como M-61, tiene que sortear el monte de El Pardo, pero también su paso por los cascos urbanos de San Sebastián de los Reyes y Alcobendas. El primer problema se ha solucionado proyectando un túnel que atravesará el espacio protegido, sobre el segundo inconveniente aún no se ha llegado a un acuerdo definitivo.
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Según denuncia la plataforma M-50 NO, el actual trazado elegido por la Comunidad entrará en San Sebastián de los Reyes atravesando a cielo abierto el parque forestal Retamar, donde crecen viejas encinas, robándole la mitad del espacio. Después continuará por el Cerro del Baile, un futuro desarrollo urbanístico donde está prevista la creación de viviendas protegida.
A continuación, un viaducto construido en el extremo oriental del parque de Arroyo Quiñones -financiado con fondos europeos- salvará el arroyo homónimo. Este viaducto pasará junto a un polideportivo municipal, que es el lugar más frecuentado del municipio, según el propio Ayuntamiento. En concreto, la autovía quedará casi pegada a la piscina descubierta para niños.
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Después, la carretera continúa en falso túnel por el nuevo parque de la Dehesa, recientemente construido con un presupuesto de más de 10 millones de euros. Esto supondrá desmantelar tanto parte del parque como el sistema central de agua regenerada para construir el túnel desde la superficie. Su paso por estos cascos urbanos terminaría en los desarrollos de Tempranales (San Sebastián de los Reyes) y Fuentelucha (Alcobendas) pasando muy cerca de futuras viviendas.
Viviendas y espacios naturales
En resumen, cerrar por el norte la M-50 tendrá como consecuencia afectar durante los años de ejecución de las obras zonas urbanas consolidadas, así como la Dehesa Boyal, que forma parque del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y quedará junto al trazado de la autovía. Además, los habitantes de otras zonas urbanas, algunas en proyecto, por donde discurrirá a cielo abierto, tendrán que convivir con una autovía.
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"Han puesto más empeño en la batalla política que en el diseño de la carretera", asegura Rubén Holguera, miembro de la plataforma. Y es que durante años el cierre norte de la M-50 ha causado polémica. Ya en 1998 los vecinos consiguieron detener su construcción con sus protestas y acampadas, recuerda Rafa Herguezabal, también de la plataforma.
Después, todos los grupos políticos se opusieron a su construcción salvo que un túnel atravesara toda la zona urbana. En 2007 volvió a resurgir el proyecto, que también contaba con tramos a cielo abierto, y el PP, ya en la Alcaldía, lo apoyó, aunque ha presentado una serie de alegaciones para minimizar el impacto ambiental. El único escollo que quedaba era que el Gobierno regional consiguiese autorización del central, y ahora ya la tiene. Aunque también tendrá que luchar contra la crisis.
Reforestación y pantallas
El Gobierno municipal de San Sebastián de los Reyes explicó a
Madridiario que cuentan con que el Gobierno regional tenga en cuenta sus alegaciones, que pasan por volver reforestar todas las zonas afectadas, reconstruir la red de agua regenerada, hacer más largos los falsos túneles, garantizar los accesos a la nueva carretera a los vecinos del municipio y por poner pantallas acústicas en los tramos a cielo abierto.
Las alegaciones prestan especial atención a la zona colindante al polideportivo municipal, donde se ha pedido que la autovía vaya encapsulada y que el remate de la obra "se cuide en extremo para camuflar la infraestructura en este entorno privilegiado". "Si no se tienen en cuenta las alegaciones, no apoyaremos el proyecto", afirmó Raúl Terrón, concejal de Urbanismo de San Sebastián de los Reyes.
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Por su parte, un portavoz del Ayuntamiento de Alcobendas indicó que la nueva infraestructura es beneficiosa para el municipio donde "no hay ningún colectivo que esté haciendo campaña contra la M-50". No obstante, la asociación de vecinos de Fuentelucha critica que "pasará a poco más de cien metros de las casa más próximas y a cielo descubierto generando más ruido del que permite la normativa".
"Estamos totalmente en contra de esta barbaridad urbanística", sentenció David Arcos, presidente de la asociación, que solo apoyaría el soterramiento total de la carretera en los municipios. Ante todas estas opiniones y propuestas de mejora, que se materializaron en gran parte como alegaciones al proyecto, una portavoz de la Consejería de Transportes recordó que se estudiaron todas las posibilidades y se eligió la mejor, y que tendrán en cuenta todas las alegaciones interpuestas antes de presentar el proyecto definitivo.
Mejora del tráfico
Queda una pregunta: "¿Es necesario el cierre norte de la M-50?". El concejal de Urbanismo de San Sebastián de los Reyes explica que los atascos de la A-1 empiezan en el municipio y que esta carretera, que conectará con la A-1 y la A-6, puede descongestionar el tráfico.
Sin embargo, la plataforma asegura que no servirá de nada, ya que la M-40 está a una distancia de entre cinco y diez kilómetros del nuevo trazado y los atascos se deben a las entradas a los polígonos industriales, la Castellana y las nacionales, pero no a la falta de carriles. Además, las previsiones indican que esta M-61 se va usar menos que otros tramos de la M-50.