Casi 3.000 muertos y millares de heridos fueron las tristes cifras de aquel día. Ocho años después de la tragedia los verdaderos orígenes de los ataques todavía no están del todo claros. Aunque la ‘teoría universal’ que culpa a Al Qaeda de los atentados es la más consistente.
La investigación sobre el mayor atentado terrorista hasta la fecha no ha arrojado luz y no ha logrado silenciar las voces que, cada día, se muestran más reacias a las versiones oficiales sobre los hechos.
Organizaciones, agrupaciones y ciudadanos de la gran manzana mantienen encendida vía web las conocidas
'teorías de la conspiración'. Algunos creen que el Gobierno de ex presidente
Bush conocía de antemano los ataques. Otros, como el actor
Charlie Sheen, van más allá y piensan incluso que la Administración estadounidense fue artífice de la barbarie para justificar la invasión de Irak.
Un grupo de científicos y expertos estadounidenses, encabezados por el físico
Steven Jones y el arquitecto
Richard Gage bajo el nombre de
'Arquitectos e ingenieros por la verdad del 11-S', mantiene que
"los más altos funcionarios del Gobierno han encubierto hechos cruciales sobre lo que realmente sucedió el 11 de septiembre".
Este dilema también ha contagiado a miembros del propio Ejecutivo norteamericano, quien años después han mostrado su apoyo a las organizaciones que acusaban a altos cargos del anterior Gobierno de haber participado en los atentados. Un ejemplo claro de este caso es el ex consejero de medioambiente
Obama,
Van Jones, quien presentó su dimisión hace algunas semanas por sus polémicas declaraciones sobre lo ocurrido en el 11-S.
Sean cuales fueren las razones, nosotros nos quedamos con la versión oficial, Al Qaeda organizó y ejecutó los atentados, auspiciados por años y años de ‘invasión y opresión’ de los gobiernos de Estados Unidos a su pueblo. Ocho años después, y a pesar de las teorías, lo que es una realidad es que el pueblo neoyorquino, la población americana y el resto del mundo no olvida la gran masacre. La Zona Cero vuelve a ser este viernes el centro de atención. Un solar de 64.000 metros cuadrados en construcción es lo que queda ahora. Una ‘cantera’ de andamios, grúas y obreros con la intención de llegar a ser en dos años, fecha del su décimo aniversario, el Museo y el Memorial del 11-S de Nueva York.