El plagio es algo tan común a la música popular que su evolución no se entiende sin él. Pongamos por caso que la música rock proviene, básicamente, del blues, el gospel y el country. Estos estilos eran propios del medio rural estadounidense y se basaban en un repertorio ya existente que cada intérprete hacía suyo. Por ejemplo, el legendario Robert Johnson, el bluesman que vendió su alma al diablo por ser el mejor, grabó un total de 29 canciones, pero, a pesar de tan poco legado, esas 29 canciones han dado paso a miles de versiones… y de plagios. El rock´n´roll nació básicamente de versiones y apropiaciones del rythm and blues de los años 40 y principios de los 50. Cuando los grupos ingleses comenzaron a realizar sus propias canciones y a triunfar en EEUU es cuando se comenzó a hablar de plagio. Los artistas originales negros ni siquiera tenían los derechos de las canciones que habían hecho, engañados por productores blancos que se quedaron con los mismos por pocos dólares en efectivo.
Cómo se ve el mundo del plagio es duro, muchos de estos grupos ingleses basaban su repertorio en apropiaciones de la música negra norteamericana pero luego se volverían muy quisquillosos cuando grupos posteriores les “homenajeasen” a ellos. Por ejemplo cuando el rap comenzó a tener algo de éxito comenzaron los juicios por la utilización de tal o cuál “sampler”.
A los que militaban en la música folk les pasaba lo mismo, a Dylan le llevó varios años encontrar su propia voz, mientras tanto copiaba sin descaro a su gran ídolo Woody Guthrie. Pero, para dejarlo claro de una vez, una cosa es el plagio sin más y otra cosa es el plagio creativo, cuando aportas algo a la canción. Es lo mismo que con las versiones pero en el caso del plagio intentando sacarle el máximo provecho económico. Por ejemplo Jimi Hendrix versionó “All along the watchtower” de Bob Dylan y le salió una canción nueva. Incluso Dylan actualmente cuando toca esa canción lo hace versionando a Hendrix y no a su canción original.
Led Zeppelin, Harrison y Radiohead
Por ejemplo
Led Zeppelin se merecería un capítulo aparte en esto del plagio. Los de
Jimmy Page se han apropiado de innumerables riffs, letras y canciones enteras de bluesmen como
Howlin´ Wolf, Willie Dixon o el propio
Robert Johnson. Incluso su canción más famosa está “inspirada” en un instrumental de
Spirit, un grupo al que acompañaron de gira en 1967. Todo esto es cierto y, sin duda, Page, Plant y compañía deberían haber tenido un poquito más de vergüenza torera a la hora de reconocer música, pero tampoco les quita mérito, Led Zeppelin sonaba a si mismos, tenían un estilo propio que ha sido a su vez copiado e imitado en multitud de ocasiones. Les planteo una duda, ¿quién es más original? ¿Un grupo que imita el sonido y la actitud de otro grupo y escribe sus propias canciones? ¿o un grupo que sólo hace versiones pero suena totalmente distinto a lo que hayas escuchado? Hay múltiples ejemplos de lo uno y de lo otro, póngales el nombre que quieran y comparen.
Ha habido muchos casos de plagios famosos pero uno de los más recordados fue el de la acusación a George Harrison por plagiar el “He´s so fine” de las Chiffons en su celebérrimo “My sweet lord”. La sentencia dictaminó que era plagio involuntario, algo así como que había plagiado de manera subconsciente, y George tuvo que renunciar a los derechos de autor. Luego Harrison escribió una canción que decía algo así como 'que yo sepa esta canción no se parece a ninguna otra'…
Ahora mismo lo que buscan las acusaciones de plagio en la mayoría de los casos es notoriedad y un acuerdo económico, hay plagios que no lo son y canciones de las que nunca se ha dicho que sean plagio que sí lo son. En un memento en el que la música comercial es básicamente una repetición de una fórmula de éxito, ya sean tías buenas provocativas, tíos buenos latinos bailarines, adolescente buenorros y así hasta el infinito. La legislación establece un mínimo de entre 3 y 8 compases repetidos para considerar una canción plagio (en función de cada país) pero debería tener un apartado en el que se hablase de la máquina de clones que cantan canciones distintas que suenan exactamente igual.
Pero que los ‘indies’ no saquen pecho tan rápido, el plagio no es sólo propiedad de cantantes de moda o dinosaurios del rock, incluso una banda como Radiohead tuvo que admitir la coautoría de la canción con la que saltaron a la fama. Resulta que el sombrío “Creep” en el que Thom Yorke nos aseguraba que era una perdedor mientras Johnny Greenwood repartía guitarrazos a doquier era un plagio de ‘The Air that I breathe’ una canción del grupo de pop inglés The Hollies, la canción era de 1974 pero el grupo había saltado a la fama en los sesenta representando la cara más amable y melodiosa del beat británico. Seguro que a algún integrista alternativo ahora mismo le están saliendo sarpullidos pero que no se preocupe, Radiohead tan sólo estaba siguiendo una tradición tan larga como la música misma.
En España tampoco nos hemos mantenido alejados a las polémicas de plagios pero dos nombres brillan con luz propia, Mikel Erentxun y Hombres G. En el caso de estos últimos tienen uno de los plagios más claros que yo conozco “Dejad que las chicas se acerquen a mí” una canción firmada por David Summers que Brian Wilson no ha debido escuchar nunca, creo que la melodía le sonaría familiar.
Les dejo con algunos ejemplos destacados, juzguen ustedes si se parecen o no.