Tiene de uñas a los banqueros, a la oposición, a los sindicatos, a los empresarios. Si en estos momentos se celebrasen elecciones, lo más probable es que el PSOE se llevaría un batacazo descomunal porque su gestión de la crisis no es más que un cúmulo de desatinos de tal calibre que los economistas se echan las manos a la cabeza. La última ha sido la revisión de los impuestos no hay por dónde cogerla.
Sobre todo porque se advierten dos contradicciones que revisten bastante gravedad. La revisión de los impuestos que gravan las rentas de capital significa penalizar el ahorro.
Zapatero ha dicho, en múltiples ocasiones, que el ahorro es fundamental para salir de la vertiente más aguda de la crisis, la financiera.
Intentando ayudar a la banca española que atraviesa por momentos muy difíciles debido a la falta de liquidez y que ha obligado a constituir el Fondo de Rescate Bancario, el FORBA, Zapatero ha efectuado múltiples llamamientos a la ciudadanía pidiéndoles que depositen sus ahorros en los bancos suscribiendo productos a largo plazo para dotar de liquidez al sistema. Ese tipo de operaciones se penalizarán si se incrementan los gravámenes fiscales sobre las rentas del capital.
Otra contradicción importante. Zapatero intenta, por todos los medios, incentivar el consumo para reactivar la demanda interna que provocaría, en tal supuesto, suficiente incentivo para el incremento del PIB. En otras palabras, para volver a la senda positiva. Pero poco reactivará el consumo si se incrementa el IVA, tal y como se está barajando en el Ministerio de Economía al provocar un repunte del precio final de los productos y servicios.
Hay dos contradicciones más generalistas, si cabe, pero de mayor gravedad: Zapatero dice que no se tocará el IRPF pero, a renglón seguido, añade que se "revisará" la deducción de los 400 euros. ¿En qué quedamos?
Nada comparable, si cabe, con la afirmación del Presidente, el 17 de junio pasado, cuando, en los medios de comunicación dijo, tajante:
"no subiremos los impuestos". Dos meses y medio después, la
"revolución fiscal" no es una hipótesis. Es un argumento irrefutable.
Sólo por eso, a la oposición se lo están poniendo como se le ponían las bolsas a
Felipe II cuando jugaba al billar. Vamos que, si después de esta, el PP no gana...