Fuentes del Ministerio de Economía dan prácticamente por segura la desaparición de la desgravación de los 400 euros, la que se creó el año pasado para incentivar el consumo. Asimismo, desaparecerá, por el momento, el llamado "cheque bebé" y los incentivos por nacimiento de hijos. El resto de desgravaciones, incluido la vivienda, cuya desaparición se sigue manteniendo para 20011, se mantienen. En cuanto a los tipos de tarifa del IRPF se mantienen tal y como se diseñaron en la última reforma fiscal.
Se incrementarán los gravámenes de los impuestos del capital, tanto el mobiliario como el inmobiliario. Las rentas obtenidas por rendimientos del capital mobiliario subirán, es decir, los rendimientos de cuentas a plazo o remuneradas, los fondos de inversión y las plusvalías obtenidas por las acciones. En cuanto al capital inmobiliario, subirán sensiblemente los gravámenes de las ventas de viviendas salvo en el caso de que las ganancias obtenidas se reinviertan en la compra de otra vivienda para residencia habitual. A cambio, se facilitarán las deducciones por alquiler por vivienda y, ojo, pueden desaparecer las desgravaciones por las cuentas de ahorro-vivienda.
Eso en lo que se refiere a las rentas de capital mobiliario e inmobiliario. En cuando a los impuestos especiales se prevé un fuerte incremento así como del IVA aunque en torno a este asunto existen diferencias entre los asesores de ZP al considerar que la subida gravará, todavía más, un consumo prácticamente paralizado, lo que retrasará la reactivación económica. Lo que menos preocupa a estos expertos es la repercusión de esta subida en la inflación teniendo en cuenta que, además, es necesario reactivar la subida de los precios para alejarse de la tan temida deflación.
Y otra cosa que va a subir, y mucho: serán las tasas, el dinero que los ciudadanos pagan por los servicios públicos que se prestan, entre otras las aeroportuarias, la expedición de carnés de identidad y pasaportes y otros documentos similares. En cuanto a los impuestos de carácter municipal, aunque no son gestionados directamente por el Estado, se recomendará una fuerte subida para el IBI, el Impuesto de Bienes Inmuebles, y los impuestos de tracción mecánica, como fórmula de incrementar la financiación local.
La financiación de las autonomías depende de los gobiernos de turno en cada territorio, pero no parece posible que en materia fiscal no toquen los aspectos más relevantes de los impuestos autonómicos aunque cabe la posibilidad de incrementar el tipo del Impuesto de Activos Jurídicos Documentados y Transmisiones Patrimoniales. Se deja para más adelante la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones allí donde todavía se mantiene en vigor y sufrirá un fuerte incremento el impuesto sobre el juego, lo que obligará a subir las actividades en materia de ocio que manejan este sector, bingos y casinos sobre todo.
Una cosa sí parece clara. El otro impuesto que tiene que ver con el aparato productivo, el de Sociedades, no se va a tocar y se mantendrán las rebajas coyunturales de cinco puntos para las pequeñas y medianas empresas que mantengan a sus trabajadores