Existe un decreto andaluz de 2007 que en la práctica no se está aplicando. Es el que regula las medidas para el fomento, la prevención de riesgos y la seguridad en el uso de internet y las nuevas tecnologías, que en su artículo 19 dice que las cibersalas andaluzas que estén abiertas al público (cafés, recreativos...) deben contar con un sistema de seguridad y filtrado de contenidos, asó como una persona responsable a su cargo para la orientación de los menores que usan un ordenador. El Gobierno andaluz aprobó esta norma para dar cumplimiento a las recomendaciones de la Comisión Europea, pero sigue sin estar extendida su aplicación.
Ahora, la Consejería de Innovación está difundiendo una versión del programa informático que se usa, por ejemplo, en los colegios andaluces para evitar que los niños accedan a páginas web de adultos. Los propietarios de las cibersalas andaluzas pueden solicitar de manera gratuita la licencia de esta aplicación informática que les permita controlar los tipos de contenidos que buscan sus usuarios. El filtro cuenta con un sistema muy fácil de instalar y se puede configurar para que seleccione 25 categorías de temas conflictivos, como la pornografía, los juegos de azar, la construcción de explosivos, la violencia, las drogas o páginas que inciten a la anorexia. También se puede limitar la entrada a chats, programas de mensajería instantánea, páginas de publicidad, webs desde las que se pueden realizar compras o que contengan programas espías que permiten acceder a la información del ordenador desde otra terminal externa. El programa permite predefinir el máximo de horas diarias de navegación o las franjas horarias a las que se puede navegar por internet, informa Europa Press.
Según la última encuesta sobre el uso de tecnologías en los hogares que elabora el Instituto Nacional de Estadística, el 83% de las casas en los que alguno de los niños de 10 a 15 años se conecta a internet restringe el acceso a determinados contenidos. En Andalucía se ha producido un significativo incremento del uso del ordenador, internet y el móvil en niños de esa edad, que ronda ya el 90%, según datos de 2008.