El descrédito de los políticos
viernes 07 de agosto de 2009, 20:44h
El PP, en vez de presentar alternativas a la inexistente política económica de Rodríguez Zapatero, se dedica a encubrir la corrupción entre sus filas. El PSOE, en vez de afrontar con imaginación el desastre social al que nos encaminamos, emplea todos sus esfuerzos en linchar a Mariano Rajoy y sus adláteres.
Los partidos nacionalistas, beneficiarios de tanto dislate, permanecen agazapados, erosionando cada día un poco más la convivencia común. Los sindicatos, ocupados en mantener sus privilegios, observan impávidos la masiva destrucción de empleo mientras que la patronal, por su parte, limita a una mayor flexibilidad laboral toda la posible panoplia de medidas anticrisis.
¿Puede haber mayor despropósito ante el pavoroso fin de año que se avecina?
Que nadie se engañe: de aquí a unos meses, el paro remontará a ritmo creciente, el PIB no levantará cabeza, los números rojos del Estado serán insostenibles y un disparatado endeudamiento público sucederá a los impagos del sector privado. Todo eso, además, con una gripe A de costosos efectos impredecibles.
No pretendo ser alarmista, pero ante semejante panorama los grandes partidos sólo se dedican a insultarse uno a otro, buscando la yugular del contrario en vez de la solución de los problemas de todos.
Pues ya ven: lo paradójico no es eso; lo más preocupante del caso es que, pese al creciente descrédito de nuestros políticos, incomprensiblemente aún los seguimos votando.