Un coctel explosivo. La recesión económica y el temor a la gripe A se combinaron, el pasado mes de mayo, provocando la caída del turismo mexicano, el séptimo de los destino más populares del mundo. Entre que no hay ni un duro y que el virus da mucho miedo, el país ha perdido el 37 % de sus visitas, lo que se ha traducido en el cierre temporal de hoteles y en una avalancha de ofertas, muy suculentas por cierto, para atraer como sea a los turistas.
Una estampa insólita ha protagonizado este año el Caribe, sólo 15 de cada 100 plazas turísticas estaban ocupadas hace tan sólo un mes. Ahora parece que comienza a recuperarse y las cifras empiezan a rozar el 60% de ocupación, a expensas de que en el mes de agosto llegue incluso al 70%.