Al finalizar la Guerra Civil se crea el Alto Estado Mayor, organismo común a los tres ejércitos de Tierra, Mar y Aire. El primer jefe fue el teniente general
Juan Vigón, quien, con medios muy modestos, montaría la institución con tres secciones: 1ª Militar, 2ª Economía y 3ª Información. Esta última, la más importante en medios y material dentro de la precariedad, sería el inicio de la evolución de los servicios secretos españoles en los últimos setenta años, y se dedica exclusivamente a captar información del exterior. Para ello se contaba con agregados en embajadas importantes como enlaces con los servicios del país en cuestión. La información que se manejaba era fundamentalmente de fuentes abiertas, como análisis de publicaciones o escuchas de radio y lo que buenamente pudiera obtenerse se servicios amigos, entre los que teóricamente se encontraban los occidentales. Preocupaban en alguna medida los exiliados y posteriormente los emigrantes.
En 1958, con el nombramiento del capitán general
Muñoz Grandes como jefe del Alto Estado Mayor, se crea dentro de la tercera sección unos grupos llamados de Información y Trámite, de Ambiente Politico-Social y de Actividades Estudiantiles. Se antoja un antecedente del SECED que se fundaría 10 años después, pero todo se quedaría de momento en un mero enunciado . El Alto continuaba prácticamente dedicado al exterior. En los años sesenta se confirma que Cuba, a través de empresas comerciales y pesqueras ha desarrollado una red de espionaje en España para compartir con la Unión Soviética. Y el desarrollo de relaciones comerciales con países del este de Europa facilita la entrada de informadores en España. En 1.966 se crea la Sección Operativa de Misiones Especiales (SOMA) a cuyo frente se pone el capitán
Gilberto Marquina, que realizará penetraciones en sedes consideradas sospechosas para sustraer información, hará seguimientos sofisticados y otras tareas delicadas al servicio del contraespionaje.
En 1968, raíz de los graves disturbios estudiantiles en Francia, se monta en España la Organización Contrasubversiva Nacional (OCN) dependiente del Ministerio de Educación para vigilar e influir en la Universidad.. Después pasaría al Ministerio de la Gobernación, ya con funciones ampliadas a la vigilancia de la Iglesia y mundo laboral y finalmente dependería de Presidencia como SECED ( Servicio Central de Documentación). Su fundador fue el entonces teniente coronel San Martín y estaba compuesto fundamentalmente por oficiales procedentes del Alto Estado Mayor, que lo habían dejado para pertenecer al nuevo organismo. En tanto el exterior seguía siendo competencia del Alto.
Con el asesinato del presidente
Carrero Blanco, San Martín es destituido y el nuevo presidente
Arias Navarro nombra director general del SECED al comandante
Juan Valverde, que había colaborado con él en tareas de Urbanismo cuando fue Alcalde de Madrid. Poco sabía de servicios secretos, pero fue un gran gestor porque supo recabar fondos para el Servicio y nombró como segundo suyo al entonces comandante
Andrés Casinello , quien había abandonado anteriormente el CESED por discrepancias con
San Martín. Casinello, en el primer documento interno para valorar la situación (1974) se refirió al régimen político español como dictadura y se posicionaba
“ante el cambio”. El SECED entra decididamente en la lucha contra ETA y tiene su primer éxito y primer topo en Mikel Legarza, El Lobo.
En 1976, nombrado
Adolfo Suárez presidente del Gobierno, asciende a Casinello a director general y realiza una gran labor en la preparación del cambio democrático. Consumado éste, en el Gobierno se plantea el fusionar los servicios del Alto Estado Mayor y el SECED para dar paso al CESID. Casinello no puede, por su graduación de teniente coronel, ser el jefe del nuevo organismo porque tiene que ser un general. Y lo sería
Bourgon. Se sucederían unos años balbucientes con otros dos directores del Centro, Mariñas y Carreras, hasta que el intento golpe de Estrado de 1.981 dio paso a
Calvo-Sotelo como presidente y a
Alberto Oliart como titular de Defensa, quien cambia la ley del Centro para nombrar director a un teniente coronel,
Emilio Alonso Manglano. El CESID conocería con él su gran transformación para convertirse en unos servicios secretos expandidos por buena parte del mundo. Fugas de información y escuchas con el “asunto
Perote”, acabaron con su dirección tras 14 años en el puesto. En 1.995 le sustituye una dirección bicéfalala, los generales Miranda y del Olmo, éste último jurídico. Al año la fórmula dejó de funcionar y tras el triunfo del PP en 1.996 fue nombrado director el teniente general
Javier Calderón, quien pasó buena parte de su mandato en la pacificación y reordenación de la Casa, tras el estropicio de Perote que arrastró a Manglano'.
Tras los cinco años reglamentarios, a Calderón le sustituye el diplomático
Jorge Dezcallar, con categoría de secretario de Estado, quien no terminaría su mandato por su gestión informativa tras la catástrofe terrorista del 23-M .En la estrenada presidencia de
Zapatero, su ministro de Defensa,
José Bono, nombra a un ingeniero técnico de Montes,
Alberto Saiz, quien es designado nuevamente tras cumplir su mandato. Y tras su confirmación, el monte se ha incendiado. En los próximos días sabremos cómo ha sido atacado el fuego.
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