"Ni en el más delirante de mis sueños cuando escribía `Cien años de soledad` llegué a imaginar que podría asistir a la edición de un millón de ejemplares", dijo el escritor Gabriel García Márquez, al agradecer el multitudinario homenaje que recibió al inaugurarse el lV Congreso Internacional de la Lengua Española.
"Que un millón de personas pudieran leer algo que he escrito en la soledad con 28 letras del alfabeto y dos dedos como único arsenal podría parecer a todas luces una locura", confesó.
"Pero no se trata ni puede tratarse del homenaje a un escritor que hoy recibe sonrojado este ejemplar, es la demostración que hay millones de lectores de lengua castellana, esperando hambrientos este alimento", contó Gabo, todo vestido de blanco, como cuando recibió el Nobel hace 25 años pero con un toque de color en la corbata.
Ante el silencio respetuoso de miles de personas que desbordaban las instalaciones del Auditorio Getsemaní del Centro de Convenciones, García Márquez desgranó en pocas palabras la historia de esta novela que comenzó a escribir a los 38 años.
Estaban presentes los reyes de España, Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe; el presidente de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, y el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina.
"Todos nosotros nos encontramos hoy aquí a la sombra tutelar de uno de los mayores íconos mundiales de nuestra lengua", había sintetizado Molina al dejar inaugurado el congreso, que desde un primer momento fue acaparado por la presencia omnisciente de García Márquez.
El académico sintetizó el espíritu que sobrevoló a lo largo de una maratónica inauguración en la que no hubo discurso que no hiciera mención a Gabo y a `Cien años de soledad`, su novela más emblemática que cuarenta años atrás devolvió el esplendor y puso en foco nuevamente a la narrativa latinoamericana.
"Hoy me toca levantar la cabeza para asistir a este homenaje que agradezco y no puedo hacer otra cosa que detenerme y ver lo que ha sucedido", le dijo el Nobel a un público que integraron también autoridades de las 22 academias de la lengua española, catedráticos, escritores, docentes, investigadores, docentes e invitados especiales.
"Lo que veo es que el lector inexistente de mi página en blanco se ha convertido en una descomunal muchedumbre", apuntó el escritor luego de recibir de manos de García de la Concha el primer ejemplar de esta nueva versión conmemorativa de la novela.
Desde las 8, una larga hilera de taxis y camionetas pugnaban por acercarse hasta el Centro de Convenciones mientras los controles de las puertas habilitadas estaban desbordados por la cantidad de gente que con todo tipo de credenciales pugnaba por pasar al interior.
Los reyes de España llegaron a las 10 en punto, se dirigieron al auditorio y casi de inmediato lo hizo Gabo, acompañado por su mujer Mercedes, y el escritor Carlos Fuentes. Al aparecer en la sala, el Nobel no pudo evitar el asedio de sus admiradores y fue avanzando, sin prisa, repartiendo saludos y sonrisas.
La ceremonia dividida en dos partes -la que inauguró el congreso y la de homenaje a Gabo- se unificó con las palabras que los sucesivos disertantes tuvieron para el Premio Nobel de Literatura colombiano y para su obra.
Luego de Molina, el ex presidente Belisario Betancur se refirió a la historia de Cartagena, "ese corralito de piedra", como la bautizó el sentir popular, y a esa lengua mestiza que se fue configurando a partir de la conquista española hasta llegar a la literatura de García Márquez.
Por su parte, el argentino Tomás Eloy Martínez, consideró que la novela de Gabo, que en su primera edición se publicó en la Argentina, "abrió para el español todas las puertas y ventanas de la imaginación y sigue influyendo en nuestra manera de ver el mundo y en narradores de otras lenguas y otras culturas".
"Tuve la fortuna en Buenos Aires de asistir al nacimiento de `Cien años de soledad" y ver la instantánea gloria que cayó sobre el libro y su autor", evocó el escritor y dijo con ironía que muchas veces se preguntó cómo hubiera sido esa novela, "escrita con la gramática simplificada" que propuso García Márquez en Zacatecas.
A su vez, el escritor español Antonio Muñoz Molina contó que su encuentro con "Cien años de soledad" fue casual, "pero desde la primera línea me encontré con un mundo que no podía compararse con nada".
Luego se exhibieron fragmentos de un documental de Luis Fernado Bottía, "Buscando a Gabo", tras lo cual el escritor mexicano Carlos Fuentes, en un meduloso discurso, recordó el inicio de su amistad con el escritor y la génesis de "Cien años de soledad".
El cierre de la ceremonia estuvo a cargo de los niños vallenatos, luego de que en pocas palabras el Rey de España y el presidente de Colombia se sumaran a este inolvidable homenaje a una de las máximas figuras literarias de la lengua española