A última hora de la tarde de este martes, cuando ya casi se iba a proceder a la votación para la investidura del socialista
Patxi López, el ya ex lehendakari
Juan José Ibarretxe consumió su último turno con el ‘anuncio’ citado. Inmediatamente, comenzaron a circular por la Cámara las especulaciones acerca de cuándo se producirá la marcha de
Ibarretxe y hasta de quién podría sustituirlo. Preguntado horas antes por
Diariocrítico acerca de si pensaba que Ibarretxe se retiraría,
Iñigo Urkullu, presidente del PNV, no quiso confirmarlo ni desmentirlo, lo que ya pareció entonces bastante sintomático.
Sin embargo, en su turno de réplica, el propio Ibarretxe, con una ironía fina seguida de un tono apocalíptico -al estilo del portavoz nacionalista, Joseba Egibar o viceversa- dijo la frase de la tormenta: “
Aquí, en este Parlamento es donde empecé a hacer política y es en donde voy a dejar de hacer política”. El silencio se hizo en la sala. ¿Qué había dicho Ibarretxe?, era la pregunta que más circulaba.
Palabras de despedida
La ‘ambigüedad´ duró poco, porque, en su turno, fue el propio Egibar el que revelaba algunos datos más al decir: “
Lehendakari, yo ya sé que tus palabras de despedida en muchos lugares han provocado enfado y lloros. A toda esa gente le digo que está bien el lloro y el enfado pero que en cuanto antes se pasen, mejor. Tenemos que trabajar y tenemos una labor por delante y hay que convertir el enfado en energía”. La ‘ambigüedad’ ya no era tal: se trataba, evidentemente, de un epitafio político en el que Egibar recordó que Ibarretxe había sido una referencia política y que en el futuro también lo será.
Más allá de ese anuncio, durante su intervención Ibarretxe volvió a tener su tono apocalíptico con respecto a Patxi López: le recordó que ‘sólo’ tiene 25 votos –los otros 13, del PP, son ‘prestados’ y los 38 en total son para ‘derribar’ al PNV y llevar la cabeza de Ibarretxe a Madrid en bandeja de plata, como si de Juan el Bautista se tratara-.
Le dijo más: que va a formar un gobierno muy débil porque sólo cuenta con 25 diputados; que el popular
Antonio Basagoiti, con quien ha pactado López, incluso le ha tendido la mano a él, al propio Ibarretxe –“
muchas manos tenemos… al cuello”, diría con esa misma ironía-, y que López forma un gobierno de minoría en un País mayoritariamente abertzale. La guerra está declarada. Será una legislatura muy intensa.
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