Todos los medios de comunicación recogen el aniversario del nacimiento de Mariano José de Larra “Fígaro”, ocurrido el 24 de marzo de 1809. Con el escritor romántico apareció en el teatro un apellido que se mantendría durante tres generaciones, aunque desapareció definitivamente en el primer cuarto del siglo XX.
Larra, crítico feroz de teatro, también escribió alguna pieza para la escena, como “Macías”, estrenada en 1834. Solamente se le recuerda actualmente en la farándula porque en Madrid un teatro lleva como identificación su seudónimo: Fígaro. Se inauguró en 1931 y, en principio, iba a ser un cine que se llamaría “Moderno”.
Pero los hermanos Álvarez Quintero convencieron al empresario Ildefonso Anabitarte del giro. La Asociación de la Prensa patrocinó la velada inaugural. Larra se suicidó el 13 de febrero de 1837.
El hijo dramaturgo
Luis Mariano, el único varón de los tres hijos de “Fígaro”, comenzó tan pronto como su famoso padre a escribir para los periódicos y para la escena. Tuvo en vida numerosos éxitos en los teatros madrileños, con obras como “Lazos de familia”, “La agonía”, “Oros, copas, espadas y bastos” o “La oración del torero”. De su producción solamente se recuerda hoy “El barberillo de Lavapiés” y eso porque es el libro de la famosa zarzuela a la que puso música Asenjo Barbieri. No fue su única zarzuela: “La Africanita” se estrenó en el Price en 1883 y “Chorizos y Polacos” un año más tarde en La Zarzuela. Unos años antes de morir dejó escritas sus impresiones sobre el mundo del teatro en “Gente vieja”.
Y el nieto actor
La tercera generación estuvo representada por Mariano de Larra y Ossorio, nieto de Fígaro e hijo del dramaturgo Luis Mariano. Casó éste con la actriz Cristina Ossorio y el retoño, nacido en 1859, se subió a las tablas tras abandonar la carrera militar. Destacó rápidamente tras su debut en el teatro de la Comedia el año 1883. Perteneció a la compañía titular del Lara y, tras formar la suya propia con Juan Balaguer, recorrió numerosos países de América Latina. En La Habana fue profesor de declamación de su conservatorio.
En su carrera como actor y director compartió escenario con figuras de la talla de Lucrecia Arana, Loreto Prado o María Tubau. El quebranto de su salud le alejó pronto de la interpretación, aunque apareció en compañías de aficionados en 1921, la última referencia que se tiene de su trabajo. En octubre de 1926 falleció en su casa de Valdemoro, viudo y sin hijos, el nieto de Larra y con él desapareció el apellido de las carteleras.