En la Memoria y Balance anual que le presentó el presidente Vázquez al Parlamento eligió un dato para resumir las mejoras que había tenido el país durante sus dos años de mandato: la mortalidad infantil en la ciudad de Bella Unión (Artigas) bajó de 55 por mil en 2003 a 13 por mil en 2006.
En el año 2003, después de la gran crisis económica del país, la tasa de mortalidad infantil (niños fallecidos antes de un año de vida) en Uruguay subió por primera vez en ocho años y llegó a 15 por mil. Pero en Artigas -y en especial en Bella Unión- se dieron cifras alarmantes: 29 por mil y 55 por mil.
Asi la ciudad más al norte del país se convirtió en el paradigma de las consecuencias terribles de la crisis en el país. Allí se dio también un índice de bajo peso de 11%; se comenzó a hablar de la “africanización” del país. Ahora Artigas y Bella Unión tienen una tasa similar al resto del país (13 y 13,9 por mil) y el presidente lo destacó como un logro de su gobierno.
En el resto de los departamentos se destaca en 2006 la mortalidad infantil de Durazno (1,2 por mil) y Soriano (5,6 por mil) cifras nórdicas que hay que relativizarlas porque en esos departamentos nacen menos de 1.000 niños por año y pocas muertes varían mucho las tasas.