Según los datos del Ministerio del Interior, han salido a la calle un millón de personas, una cifra que los sindicatos elevan a dos millones y medio. De hecho, el 26% de los aproximadamente cinco millones de funcionarios con los que cuenta el país se han sumado al llamamiento sindical y se hayan vivido algunas alteraciones en los transportes. En el sector del transporte público, sobre todo en el ferrocarril, ha tenido un porcentaje de huelguistas del 36,7%, y en los aeropuertos, donde los controladores en huelga fueron el 15%. Air France, por ejemplo, se ha visto obligada a cancelar el 40% de sus vuelos de corto y medio recorrido
Una situación que no se contempla como algo posible, según han manifestado los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO. Los representantes sindicales destacaron asimismo la importancia del diálogo social y de garantizar la protección por desempleo, y descartaron hacer una huelga general por la actual situación económica y del mercado laboral. "
Las huelgas generales no se convocan, se hacen. Y ahora no toca, porque en este país hay diálogo social. Las huelgas se hacen contra agresiones a los derechos adquiridos y esta situación no se da", enfatizó
Ramón Górriz, de CC.OO tras reunirse con el ministro de Trabajo,
Celestino Corbacho.
200 manifestaciones y una reunión convocada
Globalmente la tasa de huelguistas en la mayoría de los sectores parece superior a la registrada en anteriores movilizaciones aunque algunos observadores subrayan que no ha estado a la altura de las expectativas de los sindicatos puesto que no se ha llegado a paralizar el país, sin embargo, hay conseguido llamar la atención de su presidente,
Nicolas Sarkozy, quien anunció poco después de las 20.00h un próximo encuentro con sindicatos y patronal para concertar el programa de reformas en 2009 y los métodos para llevarlas a buen puerto.
En el comunicado remitido por la presidencia gala se admitía igualmente que la crisis
"sin precedentes" que afecta a la economía mundial provoca en Francia, como en el resto del mundo, "
una inquietud legítima" y que en este periodo "
particularmente difícil" los ciudadanos franceses "
temen por sus empleos".
Esta crisis impone pues a los poderes públicos "un deber de escucha, de diálogo, y al mismo tiempo una gran determinación para actuar", en palabras de
Sarkozy que pretende que Francia salga "
más fuerte de esta prueba".
Francia superó en noviembre de 2008 la barrera psicológica de los
2 millones de desempleados, una tasa superior a la que se encontró Sarkozy cuando llegó al Elíseo, en mayo de 2007. Bruselas augura un porcentaje del 9,8% a finales de 2009 y del 10,6% en 2010. De momento, la tasa de paro registrada en el cuarto trimestre de 2008, último dato publicado, era del 7,3%.