Por otra parte, se dirigió a los empresarios para transmitirles que Euskadi les necesita
"más que nunca" y llamó a manifestarse para apoyarles y denunciar el asesinato del propietario de Altuna y Uria.
En una comparecencia pública en San Sebastián, en la mostró su solidaridad con la familia y el colectivo empresarial, censuró la comisión de un atentado
"perpetrado con enorme cobardía". En este sentido, censuró a ETA que su única labor sea la de "
asesinar a los hijos de este pueblo, sean policías, periodistas, jueces o políticos. Esto es lo que hace ETA". "Ignacio Uria era una persona y un trabajador normal. Bueno como un pan", manifestó.
ETA, según el lehendakari, no ha matado a una persona que
"trabajaba con nosotros para desarrollar el Tren de Alta velocidad" sino que ha acabado con la vida de "
una persona que trabajaba con nosotros para conseguir el bienestar de este pueblo". "
No permitamos -dijo- que ETA tergiverse las cosas. Ha matado a una buena persona y un emprendedor".
Esperanza
Ibarretxe, "
pese a las dificultades", quiso transmitir un "
mensaje de esperanza", y responder a la pregunta de "
¿esto no se va a acabar nunca?". "
Sí. Esto se va a acabar, se tiene que acabar. Cómo no vamos a poder acabar con ello. Es verdad que tenemos que comprometernos con contruir la paz", agregó.
Por esta causa, animó a "
condenar con firmeza, perseguir, detener y juzgar a los terroristas" pero también a "
tener un compromiso con construir la paz, porque es la mejor inversión". "No se puede permitir que esta sociedad caiga en el desánimo. La paz es posible, la paz merece arriesgar, es la principal inversión", dijo.
Por último, emplazó a secundar las concentraciones de Eudel, mañana a las doce del mediodía, y convocó, junto a la Diputación foral de Bizkaia y la Asociación de Municipios vascos, a una manifestación, mañana en Azpeitia, al término de los funerales por la última víctima de ETA.
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Ignacio Uria es la octava víctima mortal de ETA desde el atentado de la T-4 y la cuarta en 2008