El senador demócrata de Delaware, Joe Biden, volvió a ganar hoy su escaño en el Senado de EE.UU., pero el gobernador de ese estado tendría que nombrar a su reemplazo si gana la vicepresidencia del país.
Biden, de 65 años, creció en Scranton (Pensilvania) y durante la contienda electoral, repetía la historia de cómo su familia afrontó enormes vicisitudes y se trasladó a Delaware, el estado que representa en el Senado.
En cada acto electoral, Biden destacó la crisis financiera que atraviesa EE.UU., el número sin precedente de ejecuciones hipotecarias, la escasez de cobertura médica y los graves problemas económicos de decenas de miles de familias en todo el país.
Su biografía, en concreto su extracción obrera y sus raíces católicas e irlandesas, le ha servido para atraer el voto de la clase trabajadora en los bastiones republicanos que cimentaron la victoria del presidente George W. Bush en 2004 pero que ahora tiene que defender el candidato presidencial republicano John McCain.
Así, en días recientes, Biden recorrió en autobús los estados de Ohio e Indiana, que no ha votado por un demócrata desde 1964.
En el mismo estado, el tesorero estatal, el demócrata Jack Markell venció al juez republicano Bill Lee, para convertirse en el gobernador del estado, según proyecciones de las cadenas de televisión.
Lee perdió en su tercer intento por hacerse con la gobernación de Delaware, en una contienda en la que se disputa un total de 11 gobernadores. Por ahora, los resultados preliminares presagian una mala noche para los republicanos, ya que la senadora Elizabeth Dole perdió su escaño en Carolina del Norte frente a su rival demócrata, Kay Hagan.
Los anuncios televisivos de Dole, en los que intentó vincular a Hagan con el ateísmo parecen haberle perjudicado en las encuestas de opinión, profundizando su desventaja en las urnas.
Aunque los demócratas no lograron desbancar al líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, en Kentucky, sí vencieron al senador John Sununu, en Nuevo Hampshire, quien buscaba la reelección, y a John Warner, en Virginia, que se retiraba de la cámara alta y será reemplazado por Mark Warner.
Un total de 35 escaños del Senado están en juego en estos comicios, 23 de los cuales están en manos republicanas y el resto con los demócratas.
La oposición demócrata intenta ampliar de 51 a 60 su mayoría en el Senado, la "cifra mágica" que les pone a salvo de cualquier maniobra dilatoria (filibusterismo) y les facilitaría avanzar su agenda legislativa sin obstrucción republicana.
Por ahora, los demócratas han conseguido tres escaños adicionales, pero faltan los resultados en más de una decena de estados.
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