Los jefes de Estado de Iberoamérica comenzaron en la capital salvadoreña un encuentro que terminará mañana y en el que, inicialmente, el tema central era 'Juventud y desarrollo'.
Se conoció que los cancilleres de los países participantes en la Cumbre elaboraron un mensaje en el que buscan manifestar sus inquietudes sobre la crisis económica.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, pidió anoche que los países de América Latina y Europa trabajen políticas sociales que no permitan que los más pobres sufran las consecuencias de la crisis.
"No nos quedemos en el desplome bursátil, evitemos con fuerza el desplome social", clamó la mandataria chilena.
Por su parte, el canciller español, Miguel Ángel Moratinos, manifestó el deseo de su país para que el mensaje que enviarán a los países en vía de desarrollo (G-20), refleje la unión de los iberoamericanos.
Para Moratinos, este llamado debe ser "unido, coherente, claro y firme".
En igual sentido se pronunció el anfitrión, Elías Antonio Saca, presidente de El Salvador, quien pidió que los 22 países iberoamericanos presenten "una sola voz ante los organismos internacionales" dada la gravedad del momento económico que vive el mundo.
"En una crisis que amenaza con convertirse en una recesión mundial", la región debe proteger los logros sociales y el compromiso con las instituciones democráticas, conseguido en las dos últimas décadas, aseguró Saca en el discuros del acto inaugural.
Pero algunos funcionarios presentes en la cita no se mostraron tan optimistas.
El vicecanciller de Venezuela, Alejandro Fleming, aseguró que mantiene dudas sobre el éxito de una posición conjunta de los iberoamericanos.
Según opinó Fleming, "Venezuela cree que todos los países deben ser escuchados, no sólo los grandes, porque la crisis afecta a todos".
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