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Perera y De Justo hicieron el último paseíllo de la temporada en Las Ventas.
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Perera y De Justo hicieron el último paseíllo de la temporada en Las Ventas. (Foto: Plaza1)

Perera y De Justo empatan a una oreja ante interesantes victorinos y público festivo

sábado 12 de octubre de 2024, 22:28h
La enorme expectación por el último festejo de la floja y nada imaginativa temporada venteña, dicho sea de paso, con un encierro de Victorino Martín sólo se cumplió para ese inmenso publico con deseos de jarana y abonado al triunfalismo. No tanto para esa minoría de aficionados exigentes y cabales, aunque dado el panorama tampoco hay que quejarse mucho. Los victorinos, serios pero desiguales en trapío, pariguales en sus justas fuerzas, y juego codicioso y exigente, no dieron al máximo lo que siempre se espera de este hierro, pero mantuvieron el interés, que no es poco. Y los coletudos, Miguel Ángel Perera y Emilio de Justo, sin ninguna competencia entre ellos nunca, en un mano a mano absurdo y que nadie había pedido, echaron en su esportón sendas orejas para que esa mayoría del cotarro saliera contenta del espectáculo.

Como era de aguardar en dos espadas con muchos años de alternativa cada uno actuó fiel a su estilo y en ningún momento hubo rivalidad en quites, destacando, eso sí, el cacereño, que los llevó a cabo con lucimiento en el que abrió función -por ajustadas chicuelinas- y en el tercero -por delantales-, los dos primeros del lote del de Badajoz, que ni se motivó ni se inmutó, dejando todo para la muleta a lo largo de la corrida a excepción de unas buenas verónicas en ese tercero, que iba a ser el del éxito estadístico.

Era un animal nobilísimo que llegó a la sarga humillando como el más arrepentido pecador con una embestida boyante, lentísima, muy de Saltillo mexicano y Perera, volteado una vez sin consecuencias, lo aprovechó al natural con tres series al ralentí y con hondura para cerrar faena por el pitón derecho ya con menor calibre artístico. Todo eso es cierto, pero no lo es menos que, salvo estas magníficas tandas y algún otro estético pase suelto, en el resto Perera fue Perera.

O sea, despegado y citando casi siempre con la ventaja de esconder o retrasar la pierna de salida. Pero la conmoción de ese excepcional toreo con la izquierda y una estocada atracándose hizo que floreasen los pañuelos en solicitud de la oreja, concedida con toda lógica, e incluso de la segunda que el usía con buen criterio no atendió. Y poco más de contar del coletudo, ya que muy acelerado, naufragó ante su primero, codicioso pero andarín y con cabeza derrrotona, con el que no se quedó quieto ni un momento abundando las carreritas para colocarse. Y el descastado quinto nada le permitió.

El otro trofeo de la tarde fue, en el último, para un De Justo 'pinchauvas y coleccionista de avisos que se lució al recibirlo con unas verónicas mecidas, y que estaba algo disminuido físicamente tras el tremebundo volteretón que le pegó el anterior. El animal había apuntado escaso celo en el caballo y en banderillas y era fácil predecir que no iba a dar juego después, cuando su matador lo sacó al platillo y le obligó a seguir su muleta mandona.

La faena, jaleadísima en exceso por el gentío en las primeras series, fue cogiendo altura cuando De Justo, como respuesta a ese apoyo, se relajó y, encajado y apasionado, brilló con templanza y hermosura en redondos, naturales y las trincherillas remates por bajo. Dejó un espadazo feo seguido de dos descabellos y el presidente valoró una petición mayoritaria para concederle la oreja que empataba el partido.

Algunas virutas sueltas desparramó, siempre con máxima decisión, frente a los otros dos de su lote, destacando también el final de faena ante su segundo después de ser derribado y pisado, volviendo perjudicado de facultades a la cara del animal para lucirse con cierto relajo pero fallando estrepitosamente con las armas toricidas.

FICHA

Toros de VICTORINO MARTÍN, de desigual presentación, con 1º y 2º chicos; todos muy ofensivos de pitones y flojos. Noblotes aunque exigentes y desarrollando sentido en general, con 5º descastado. MIGUEL ÁNGEL PERERA: silencio tras aviso; oreja tras dos avisos; silencio. EMILIO DE JUSTO: ovación tras aviso; ovación tras dos avisos; oreja tras dos avisos. Plaza de Las Ventas, 12 de octubre. Corrida de la Hispanidad. Casi lleno.

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