Si te preguntaran qué juego combina a Napoleón, a un prodigio matemático, a la etiqueta, al dinero y al azar, ¿sabrías qué contestar? El título tal vez te haya dado una pista, pero el juego que combina todos estos elementos es el blackjack. Se trata de una mesa magnética, que atrae a un tipo de jugador de casino muy particular, interesado en la sofisticación de la estrategia. Como Napoleón, o como un grupo de estudiantes del MIT buscando hacer trampas.
Ahora bien, si te gustaría convertirte en un gran estratega, lo primero que conviene saber son las reglas básicas. Aquí presentaremos una introducción y si quieres profundizar te recomendamos buscar en este blog de Askgamblers donde están los detalles más profundos.
Las reglas básicas más básicas
Si nos encontráramos frente a alguien que nunca haya pisado un casino, tendríamos que explicarle lo más básico de blackjack y empezaríamos por decirle que el objetivo más básico es vencer al crupier, llegando lo más cerca posible de los 21 puntos con dos o más cartas, sin pasarse nunca de esa cifra.
Para lograrlo hace falta conocer primero los valores. Las cartas del 2 al 10 respetan el valor del número impreso. La J, Q y K equivalen a un diez, mientras que el As es flexible. Esto quiere decir que puede ser un uno o un once, dependiendo de lo que le convenga al jugador o al crupier que lo ha recibido.
Así, por ejemplo, si una persona recibe una J y un As tendrá un blackjack o “21 natural”. Es decir, le tocaron en suerte las cartas necesarias para no perder en el juego.
¿Cuántos jugadores se admiten?
El blackjack puede jugarse en casa o en el casino, tanto físico como online, con mesas de un máximo de siete personas y un mínimo de dos, incluyendo el crupier. Éste repartirá dos cartas visibles a cada jugador y se quedará con una visible y otra boca abajo. El descubrimiento de esta última se hará después de que los jugadores de la mesa hayan tomado algunas decisiones sobre lo que quieren hacer con sus apuestas. Veremos esto a continuación.
Otra cosa importante a saber es que el crupier está obligado a seguir pidiendo cartas hasta llegar a 17 o más. Esto significa que si la primera carta visible es baja, hay muchas chances de que tenga que seguir pidiendo otras cartas.
En el caso de que los jugadores y el crupier hayan quedado a la misma distancia del 21, digamos, que ambos tienen cartas que suman 18, se declara un empate y se devuelven las apuestas. Nadie gana, pero tampoco ninguno de los dos ha perdido. Se puede seguir jugando para inclinar la balanza de un lado o del otro.
La estrategia en el blackjack
El blackjack es estratégico porque, aunque con poca información (dos cartas propias y una del crupier), los jugadores tienen que tomar algunas decisiones. Pueden optar por abrir la jugada y duplicar su apuesta, pueden poner un seguro si creen que ganará la casa, pueden plantarse o pedir más cartas.
Sólo ganarán aquellos que hayan tenido un número más alto que el crupier sin pasarse del 21. Si se pasan, pierden. Si el crupier se pasa, pierde. Todos lo que ganen en la mesa recibirán un pago de uno a uno.
Los jugadores también tienen la opción de rendirse cuando ven que la mano viene muy mala, recuperando la mitad de la apuesta.
O sea, en definitiva, es un juego de azar. Dicho esto, tampoco es igual que jugar con los dados o con las máquinas tragamonedas, ya que el jugador tiene la posibilidad de tomar decisiones, definiendo una estrategia. Aquí algunas de las acciones más comunes.
Apertura de la jugada
Una de las estrategias más frecuentes es abrir la jugada. Esto quiere decir que las dos cartas que le tocaron al jugador se dividen en dos, abriendo una segunda posición en la mesa durante esa mano. Ahí se coloca una apuesta equivalente.
La persona que abre la jugada ahora controla dos espacios de juego y puede pedir cartas para cada uno de ellos, siempre tratando de llegar lo más cerca del 21 sin pasarse.
Seguros
El blackjack es impredecible, pero hay algunas señales de que se puede tener una buena o mala mano. Una de ellas es que el crupier reciba un As a la primera. Por eso, en ese caso, los jugadores pueden optar por pedir un seguro anticipando un resultado a favor de la casa.
En un espacio preparado especialmente para esto, colocan una apuesta “a favor” del crupier. Si gana, reciben 2 a 1. Si pierde, el jugador también pierde esta apuesta de seguro.
Atractivo para las grandes mentes
De todo lo dicho podemos ver que cada juego de casino tiene un público diferente. La ruleta actúa como un imán para los que quieren acción rápida y las tragamonedas son una fuente de entretenimiento para los que buscan arriesgar poco pasando un momento divertido. El blackjack atrae a esos jugadores que disfrutan calculando mientras juegan.
Debe ser por eso que Napoleón, el emperador de Francia, disfrutaba jugando al "vingt-et-un", un predecesor del blackjack actual. El mismo atractivo sintió un grupo de estudiantes del MIT, que se entrenó para contar cartas en los casinos de Las Vegas y hacerse de una pequeña fortuna.