El Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz habría conseguido derrotar a la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones celebradas este domingo en el estado de Brandeburgo, con un 30,9% de los votos frente al 29,2% obtenido por la AfD, que casi gana estos comicios.
Durante la campaña, el SPD parecía en desventaja, pero logró remontar en la última semana ante el miedo a la victoria de la extrema derecha de la AfD, liga a círculos neonazis.
En tercera posición se sitúa la Alianza Sahra Wagenknecht-Por la Razón y la Justicia (BSW), que obtuvo un 12% de los votos. La Unión Cristiano Demócrata (CDU) se colocó en cuarto lugar con un 11,6% de apoyo. Por su parte, Los Verdes quedaron relegados con solo un 4,1% del voto.
El primer ministro de Brandeburgo, Dietmar Woidke, socialdemócrata, celebró la remontada electoral, algo que parecía inalcanzable hace unos meses, cuando las encuestas situaban al SPD con un 19%, mientras que la AfD ya alcanzaba el 25%. Durante el evento electoral en Potsdam, Woidke destacó: "Nuestro objetivo fue evitar desde el principio que nuestra región recibiera una mancha marrón", haciendo referencia al color tradicionalmente vinculado a la extrema derecha.
Ascenso de la ultraderecha
Brandeburgo, con 2,1 millones de votantes, ha cobrado relevancia por el ascenso de la ultraderecha en los estados de la antigua República Democrática Alemana. Las elecciones se han interpretado en clave nacional debido a los resultados recientes en comicios regionales que han sido desfavorables para el SPD y sus aliados en el gobierno federal.
La participación electoral rondó el 74%, muy superior al 61,3% registrado en las elecciones regionales de 2019.
La AfD, clasificada como sospechosa de extremismo por los servicios de inteligencia de Alemania, obtendría menos de un tercio de los escaños en el parlamento regional, lo que no le permitiría bloquear decisiones cruciales. Sin embargo, el margen de diferencia es reducido, y el avance del recuento podría dar la vuelta a la situación, poniendo a la AfD por delante del SPD. De ser así, el primer ministro Woidke, popular en la región, podría verse obligado a cumplir su promesa de dimitir y evitar encabezar una posible coalición.
A pesar de que la AfD no tendría opciones claras de formar gobierno debido al 'cordón sanitario' impuesto por los partidos democráticos, una victoria complicaría las negociaciones para formar una coalición que gobierne el estado. Además, supondría un nuevo golpe para el gobierno de Olaf Scholz.
Brandeburgo ha sido el último estado del este de Alemania en celebrar comicios este año, tras Turingia, donde la AfD fue la fuerza más votada con un 32,8%, y Sajonia, donde quedó a un punto de los democristianos. En las elecciones de 2019 en Brandeburgo, el SPD también logró imponerse a la AfD, aunque por un margen estrecho, con un 26,2% frente al 23,5% de la ultraderecha.
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