Ucrania y EEUU van a volver a reunirse esta semana después de la tensa reunión que mantuvieron el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y el mandatario estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca el pasado 28 de febrero. Mientras, las tropas ucranianas intentan resistir, ya sin la ayuda estadounidense, en el frente de Kursk después de la nueva ofensiva que ha lanzado Rusia en las últimas horas.
Zelensky sigue con los contactos preparatorios para la reunión con representantes de Estados Unidos que va a celebrarse en Arabia Saudí y ha anunciado que el equipo que va a ir por Ucrania a las conversaciones con Estados Unidos en Yeda, junto al Mar Rojo, estará compuesto por el jefe de la diplomacia ucraniana, Andrí Sibiga, el ministro de Defensa, Rustem Umérov, el jefe de la Oficina Presidencial, Andrí Yermak, y su adjunto, Pavló Palisa.
La reunión se va a celebrar el martes y vendrá precedida el lunes por una charla entre el jefe de Estado ucraniano y el príncipe heredero saudí. "Ucrania ha estado buscando la paz desde el primer segundo de esta guerra", ha indicado el mandatario ucraniano, remarcando que "hay propuestas realistas sobre la mesa", al tiempo que piensa que "la clave es actuar con rapidez y eficacia".
Ofensiva rusa en Kursk y respuesta ucraniana
Las tropas ucranianas habían recuperado parte de la región el verano pasado, pero las tensiones en la zona han seguido. Las fuerzas rusas lanzaron 23 ataques aéreos este sábado, dejando caer 33 bombas aéreas sobre las posiciones de las tropas ucranianas y zonas pobladas, y disparando 362 proyectiles de artillería, 30 de ellos desde sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes.
Las fuerzas ucranianas han lanzado un contraataque este domingo de madrugada, pero Rusia ha anunciado que ha derribado 52 drones sobre la región fronteriza de Bélgorod, otros 13 en la región de Lípetsk, 9 en la región de Rostov, 3 drones en la región de Astracán, mientras que en Krasnodar, Riazán y Kursk ha sido derribado un dron en cada una.
Zelensky ha acusado a Moscú este sábado de no querer terminar la guerra después de "uno de los ataques más brutales" perpetrados por Rusia, contra Dobropilia, en la región oriental de Donetsk, que ha terminado al menos con 11 muertos y 50 heridos, entre los que se encuentran 7 niños. "Rusia está demostrando literalmente cada día con su crueldad que nada ha cambiado para ellos en Moscú. No piensan en cómo poner fin a la guerra, sino en cómo lograr destruir y capturar más, mientras el mundo les permita librar esta guerra", ha criticado en un mensaje en redes sociales.
Dobropilia, uno de los ataques más brutales
Además, Zelensky ha subrayado que el de Dobropilia fue "uno de los ataques más brutales" por parte de Rusia, un ataque que estaba "especialmente calculado para causar el máximo daño", con el lanzamiento de misiles y drones Shahed contra el centro de la ciudad. El presidente ha recordado a las 11 personas que murieron en el ataque y, también, que el segundo impacto se produjo cuando los equipos de rescate empezaron a trabajar en el lugar.
En el ataque, que se realizó en la noche del 7 al 8 de marzo, fueron alcanzados 9 edificios residenciales, un centro comercial y varias tiendas. Zelenski aseguró que también el sábado se registraron más ataques contra civiles en Donetsk, Járkiv y Jersón. "Por supuesto, hacemos todo lo posible para proteger vidas. Y doy las gracias a todos los líderes, a todos los diplomáticos de nuestros países socios, a todas las personalidades públicas que apoyan a Ucrania, que han condenado estos ataques rusos y que llaman a las cosas por su nombre", manifestó, comentando que "es importante que sigamos coordinando todos nuestros esfuerzos con nuestros socios para garantizar que nuestra defensa funciona eficazmente y que se hace todo lo posible para acercar la paz".
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