Después de casi 3 años de guerra, Ucrania deja de ser un lugar de tránsito del gas ruso hacia Europa.
En 2019 la rusa Gazprom firmó un contrato con la entidad ucraniana Naftogaz Ukrainy para utilizar los gasoductos ucranianos como ruta hacia Europa. El acuerdo, que en su momento fue facilitado por la Unión Europea, expira ahora y a partir del 1 de enero de 2025 Ucrania no cederá su infraestructura.
Gracias a este acuerdo, Rusia ingresaba cientos de millones al año, pero ante el conflicto, Ucrania decidió no renovar el contrato.
El estallido de la guerra provocó un cisma energético entre Rusia y la Unión Europea, que lleva ya tiempo preparándose para no depender energéticamente de Moscú. Su viraje hacia las renovables, la reducción en el consumo de gas y el acuerdo con otros proveedores no rusos; permite que Bruselas esté preparada para este corte.
Los países del este, los más afectados
En la actualidad, sólo Chequia, Hungría, Italia, Eslovenia, Austria y Eslovaquia obtienen gas ruso a través de la ruta ucraniana.
Tras el cerrojazo de Ucrania, son las regiones más afectadas. De hecho Austria y Eslovaquia, suponen el 60% de la demanda. Eslovaquia ha sido muy crítico con Ucrania por la decisión, que les afecta de lleno y ha amenazado incluso con represalias.
Moldavia, país candidato a la UE, es otra de las zonas más afectadas por la decisión ucraniana ya que su única central termoeléctrica funciona con gas ruso. Hace 2 semanas ya decretó la emergencia ante la posible falta de suministro energético. La situación es aún más grave en la región separatista de Transnistria, que depende exclusivamente del gas ruso.
Mientras, según un informe de la UE, los 27 están preparados para afrontar la situación con las reservas de gas al 95%.
Incluso tienen ya rutas alternativas para la entrada de gas a Europa desde otros puntos.
La primera es a través de Alemania para incorporar suministro desde Noruega, Países Bajos y Bélgica. Se trata ahora de gas natural licuado.
Otra vía facilitaría el acceso de gas noruego y de GNL procedente de Estados Unidos y Ucrania desde Polonia a Eslovaquia a través del interconector entre ambos países y desde ahí hacia Chequia, Austria, Hungría y Ucrania.
La tercera alternativa es la conocida como ruta trans-balcánica, que puede transportar gas desde Grecia, Turquía y Rumanía. Y otra opción es enviar gas desde Italia a Austria y después a Eslovaquia y a Eslovenia.
Por otro lado, Vladimir Putin le ha restado importancia al tema y ha señalado que Gazprom "sobrevivirá" y ha advertido que la decisión de Ucrania provocará un aumento en los precios.
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