El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva mediante la cual ha instruido al Pentágono para que habilite 30.000 camas en la base de Guantánamo (Cuba).
En origen es un centro destinado a la detención de acusados de terrorismo, pero ahora se planifica como lugar para albergar a migrantes en situación irregular.
El memorando oficial establece la necesidad de ampliar el centro "hasta su plena capacidad", sin precisar una cifra concreta. No obstante, durante un acto en la Casa Blanca, Trump aseguró que se dispondrá de 30.000 camas.
Para los "peores delincuentes ilegales"
Según explicó el mandatario, las instalaciones se utilizarán para retener a "los peores delincuentes ilegales que amenazan al pueblo estadounidense".
En este sentido, señaló sobre su peligrosidad: "Algunos de ellos son tan malos que ni siquiera confiamos en que los países los retengan porque no queremos que vuelvan, así que vamos a enviarlos a Guantánamo. Esto duplicará nuestra capacidad inmediatamente, ¿verdad?".
Además de esta orden, Trump promulgó este miércoles una nueva ley que establece la detención automática de migrantes irregulares que sean acusados de determinados delitos, entre ellos, el robo.
"Algunos son tan peligrosos que ni siquiera confiamos en sus países de origen para que se los queden, porque no queremos que regresen. Así que los enviaremos a Guantánamo", reiteró el presidente estadounidense en el marco de la firma de esta normativa dirigida a endurecer las políticas migratorias.
Ante este anuncio, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha criticado con dureza la medida, calificando el plan de Trump como un "acto de brutalidad".
Según advirtió el mandatario cubano, si se lleva a cabo la detención de migrantes en Guantánamo, estos acabarán en "las conocidas cárceles de tortura y detención ilegal" que han sido objeto de múltiples denuncias internacionales.
Guantánamo
La prisión de Guantánamo, situada dentro de una base militar estadounidense en territorio cubano, se estableció en 2002 como parte de la estrategia de la "guerra contra el terrorismo" impulsada por el ex presidente George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
A lo largo de los años, cientos de personas, incluidas figuras clave de Al Qaeda, fueron encarceladas en este complejo, generando polémica dentro y fuera de Estados Unidos debido a las condiciones extremas de detención y a la utilización de técnicas de interrogatorio consideradas tortura.
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