El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado este lunes inmunidad al ex presidente Donald Trump (2017-2021) por sus actos mientras fue máximo mandatario. Queda anulada así la decisión judicial que rechazaba la solicitud de inmunidad del líder republicano ante la justicia federal por su intento de dar la vuelta a su derrota electoral de 2020 e instigar el asalto al Capitolio en 2021.
Según el tribunal, los ex mandatarios estadounidenses tienen derecho a la "inmunidad absoluta" ante enjuiciamientos por acciones dentro de su autoridad, la cual ha sido rechazada por actos realizados a título privado.
La sentencia se ha aprobado con el voto a favor de los 6 magistrados conservadores, entre ellos los 3 que nombró el propio Trump. Han votado en contra las 3 juezas progresistas. En total, entre la introducción, el fallo y los votos particulares, la sentencia se va hasta las 119 páginas. "El presidente no goza de inmunidad por sus actos no oficiales, y no todo lo que hace el presidente es oficial. El presidente no está por encima de la ley. Pero el Congreso no puede criminalizar la conducta del presidente en el desempeño de las responsabilidades del Poder Ejecutivo según la Constitución. Y el sistema de separación de poderes diseñado por los Padres Fundadores siempre ha exigido un Ejecutivo enérgico e independiente. Por lo tanto, el presidente no puede ser procesado por ejercer sus principales poderes constitucionales, y tiene derecho, como mínimo, a una presunta inmunidad judicial por todos sus actos oficiales", comenta el fallo, escrito por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts. "Esa inmunidad se aplica por igual a todos los ocupantes del Despacho Oval, independientemente de su política o partido", señala.
El caso se ha remitido a la jueza que lo está instruyendo. Ella tiene que decidir qué fueron actos oficiales y qué no, pero el Supremo ya ha hablado expresamente sobre algunos: quedan blindadas las comunicaciones entre Trump y su fiscal general, que formaban parte de las pruebas de los intentos de realizar un pucherazo electoral. Esto va a debilitar la acusación.
El caso del que habla el Supremo es el de Washington, en que el fiscal acusó al ex presidente de 4 presuntos delitos por tratar de cambiar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, que ganó Joe Biden, y quedarse aferrado al poder haciendo trampas e impidiendo la certificación de esa victoria.
A pesar de todo el primer triunfo de Trump es conseguir dilatar el proceso, lo que vuelve a retrasar el inicio de un juicio que iba a comenzar el pasado 4 de marzo. Ahora, es practicamente imposible que pueda sentarse en el banquillo de los acusados antes de las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre. Si gana ese proceso, va a poder ordenar que se abandone la acusación en los delitos federales y también concederse un perdón a sí mismo.
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