Pedro Sánchez ha comparecido desde Pekín tras su viaje por Vietnam y China, una gira que no ha gustado del todo a Estados Unidos tras la guerra comercial iniciada por Donald Trump.
Pero el presidente español ha respondido señalando que su viaje es "a favor del entendimiento entre países" y en defensa del "libre comercio". Lo que más ha llamado la atención es que el encuentro ha durado más de lo previsto, unas 3 horas, lo que ha lanzado especulaciones al vuelo sobre la densidad del contenido del encuentro. España y China podrían haber abordado a fondo cuestiones de la guerra comercial o incluso que Sánchez haya servido de negociador de la Unión Europea en esta cuestión.
Además ha enfatizado que "la política exterior de España no va contra nadie". El comercio internacional está en jaque tras los aranceles de Trump, que ha aplicado a China unos del 145%. Al resto del mundo ha decidido ponerlos en pausa durante 90 días, aunque los del 25% al acero y coches europeos siguen vigentes. Como respuesta, China ha elevado los aranceles a EEUU al 125%.
La visita de Sánchez
En este contexto Pedro Sánchez ha acudido a China para reforzar lazos con el país y ha trasladado a Jinping su intención de establecer más acuerdos a todos los niveles.
"China y España son dos países con una larga historia, con una rica cultura de alcance universal", ha remarcado, adelantando su intención de sellar acuerdos en materia educativa, de idiomas y de intercambio para potenciar el aprendizaje además de fomentar el turismo.
"Presidente, si España, como sabe, es un país profundamente europeísta que ve a China como socio de la Unión Europea", ha aseverado Sánchez.
Defiende a China como socio comercial
El mandatario español ha instado a los europeos a no permitir que las tensiones comerciales mermen las relaciones con China y ha subrayado que los 27 tienen "un importante déficit comercial con China que hay que tratar de subsanar".
Aunque ha puntualizado que las relaciones con el país asiático deben ser más "equilibradas" para que se satisfagan los intereses de ambos mercados. Por ello ha remarcado la necesidad de encontrar "soluciones negociadas a las diferencias".
Para Sánchez, China es un "socio imprescindible", pero no solo en materia comercial, sino para hacer frente a "los desafíos globales", poniendo como ejemplo el cambio climático.
Por ello ha considerado crucial "expandir relaciones" para poder hacer frente a todos los retos "en un momento complejo" como el actual.
A las preguntas sobre las críticas de este viaje, Sánchez ha defendido que China tiene "los mismos intereses, valores y principios" que la Unión Europea.
Ha defendido su visita y ha negado que sea contrario a Estados Unidos, pues ha insistido en la necesidad de negociación con Trump y llegar al mejor acuerdo posible.
"España no va contra nadie, va a favor del multilateralismo y el entendimiento entre naciones", ha enfatizado.
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